Delegados del movimiento fundamentalista talibán están ya de camino a la capital de Azerbaiyán, Bakú, para participar en la 29ª Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (la conocida como COP29) que comienza mañana hasta el 22 de noviembre en lo que se trata de su primera asistencia a esta reunión internacional desde su reconquista de Afganistán en agosto de 2021.
El anuncio ha sido efectuado por la Agencia Nacional de Protección Medioambiental del Emirato Islámico (NEPA), cuyo director general, Matiul Haq Jalis, expresidente de la Media Luna Roja Afgana, encabezará la representación.
La delegación talibán, señala la NEPA en un comunicado, parte a Bakú con la intención de "fortalecer la cooperación con el mundo en el campo de la protección del medio ambiente y el cambio climático" y poner sobre la mesa la posibilidad de incorporarse a los "mecanismos financieros existentes" en la lucha contra el deterioro medioambiental.
Afganistán es uno de los países del mundo más vulnerables al cambio climático a pesar de que su contribución al calentamiento global es prácticamente nula. Su territorio es escenario habitual de sequías e inundaciones devastadoras que desembocan en constantes desplazamientos forzados.
Los talibán, desde su retorno al poder, intentan buscar vías de financiación más allá de sus relaciones con aliados tradicionales como China o Rusia.
Poco más de tres años después de la reconquista de Kabul, cierto número de países de la región reconocen en cierto modo su autoridad pero ninguno de ellos -- ni siquiera Moscú o Pekín -- han concedido un reconocimiento de pleno derecho por el profundo deterioro de los Derechos Humanos desde entonces.