Los obispos franceses tratan de cerrar la polémica sobre la posible visita del papa

El presidente de la Conferencia Episcopal francesa aborda la controversia sobre la posible visita del papa a Córcega y aclara la ausencia del pontífice en la reapertura de Notre Dame

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París, 10 nov (EFE).- El presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Eric de Moulins-Beufort, se esforzó este domingo por cerrar la polémica generada por los planes de una posible visita del papa a Córcega a mediados de diciembre, una semana después de la reapertura de Notre Dame de París, a la que no quiere ir.

En una conferencia de prensa al término de la asamblea plenaria que los obispos franceses han celebrado en Lourdes, De Moulins-Beaufort recordó que es el Vaticano el que tiene que anunciar esa visita y que por ahora no lo ha hecho.

"Si el papa decide venir el 15 de diciembre a Córcega, está muy bien", subrayó en cualquier caso.

La oficialización se espera en los próximos días, pero las informaciones que han circulado han alimentado la polémica sobre la negativa de Francisco a la invitación que le había lanzado el presidente francés, Emmanuel Macron, para asistir a la reapertura al público de la catedral de París tras las obras de reconstrucción por el incendio de abril de 2019.

Según la versión del presidente de la Conferencia Episcopal, en realidad nunca se planteó la presencia del papa en esas ceremonias organizadas por Macron el 7 y 8 de diciembre en las que se esperan decenas de jefes de Estado y/o Gobierno.

La razón que dio es que "la estrella de la reapertura de Notre Dame de París es Notre Dame de París, no la visita del papa a Francia".

Añadió, para que no quedara ninguna duda, que el papa no quería que ese viaje al final fuera para "desviar la mirada hacia él en esa ocasión".

La ausencia del papa en la capital francesa durante las celebraciones por la reconstrucción de la catedral también se ha justificado oficialmente porque ha convocado en Roma en esas fechas un "consistorio" en el que se van a crear 21 nuevos cardenales y por su participación en las ceremonias de la Inmaculada Concepción en la capital italiana.

Pero hay quienes lo han vinculado más bien con el hecho de que Francisco no quería ser protagonista en unas ceremonias muy políticas con las que Macron espera brillar en medio de dirigentes extranjeros llegados de todo el mundo.

El de Córcega, justo una semana después, sería un viaje relámpago, probablemente de un solo día (el 15) a Ajaccio con ocasión de un coloquio sobre "la religiosidad popular en el Mediterráneo" que reunirá a prelados de diferentes países de la región, incluidos españoles e italianos.

Detrás de todo está el obispo de la ciudad, el cardenal François-Xavier Bustillo, una personalidad próxima al papa. El propio Bustillo explicó su iniciativa en la plenaria en Lourdes de los obispos, que según la prensa la acogieron con frialdad. EFE

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