Gremio empresarial de Ecuador protesta ante apagón total de 5 días en zonas industriales

Empresarios de Quito expresan preocupación por impacto económico del apagón industrial de 24 horas, que agrava la crisis energética de Ecuador ante la histórica sequía en ríos productivos

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Quito, 10 nov (EFE).- La presidenta de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) de Guayaquil, María Paz Jervis, expresó el rechazo de los empresarios al apagón programado de cinco días enteros que se ha programado para la próxima semana en al menos tres sectores industriales de Quito ante la grave crisis energética que afecta al país andino.

El Gobierno de Ecuador anunció el sábado un repentino aumento en los cortes de electricidad que desde mediados de septiembre se registran a diario ante la imposibilidad de abastecer la demanda nacional por una histórica sequía en los ríos que alimentan a sus principales centrales hidroeléctricas.

Sin prácticamente previo aviso, las autoridades ecuatorianas pasaron a realizar suspensiones del fluido eléctrico de hasta doce horas al día en los hogares desde el sábado, mientras que para la próxima semana están previstos que estos sean de ocho horas.

No obstante, los apagones programados han sido desde un inicio mucho más severos para el sector industrial, y la Empresa Eléctrica de Quito (EEQ) programó desde el lunes 11 de noviembre al viernes 15 de noviembre un apagón completo de 24 horas al día en tres sectores industriales de la capital ecuatoriana.

"Desconectar a la industria por 24 horas afectaría profundamente al empleo y la economía de las familias ecuatorianas. La industria no son solo empresas: son personas, ciudadanos y vidas que dependen de su estabilidad", manifestó Jervis a través de un mensaje en la red social X.

"Esta crisis energética es devastadora para todos los ecuatorianos, sin excepción", sentenció.

Jervis explicó que el sábado fueron convocados de manera urgente a la segunda reunión de Comité Asesor Permanente de Energía, pero "como es obvio, este comité no tiene competencia para tomar decisiones".

"Apenas pudimos escuchar y dar algo de ideas con la escasa información disponible. Seguimos exigiendo información transparente y oportuna, es indispensable contar con planificación y previsibilidad", añadió.

Los cortes programados para el sábado y el domingo no se cumplieron y se prolongaron más de lo anunciado tanto para hogares como para comercios.

Según una estimación de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), cada hora sin electricidad supone pérdidas por valor de 18 millones de dólares si la suspensión del servicio es de cinco horas al día, pero estos cortes han llegado a ser en algunos días de hasta catorce horas diarias.

La CCQ calculó que desde el inicio de las restricciones energéticas las pérdidas económicas en el sector comercial alcanzan entre los 3.000 y 3.500 millones de dólares.

"Por ejemplo, en el caso de las tiendas pequeñas y mercados, han tenido una pérdida de entre el 40 % y el 50 % de sus ventas que equivale a 5 millones de dólares diarios", sostuvo el gremio.

Por ello, la CCQ advirtió que "es fundamental precautelar las ventas del comercio de diciembre que representan el 15 % de los ingresos anuales y que alcanzan más de 10.000 millones de dólares".

Actualmente Ecuador tiene un déficit de alrededor de 1.000 megavatios para atender su demanda nacional ya que la matriz energética del país depende de más de un 70 % de centrales hidroeléctricas, afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años, según lo ha calificado el Gobierno.

El Ejecutivo trata de poner en marcha lo antes posible la central hidroeléctrica de Toachi-Pilatón, de unos 204 megavatios de potencia, así como intenta hacer gestiones para importar energía de empresas colombianas ante la negativa del Gobierno de Colombia a reanudar todavía la venta de electricidad.

La crisis energética de Ecuador se ha visto también agravada por la falta de inversiones en los últimos años en un sector controlado íntegramente por empresas públicas, lo que ha abierto el debate en el país de realizar reformas para facilitar la llegada de inversión privada. EFE

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