Viena, 10 nov (EFE).- El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) anunció este domingo que su director, Rafael Grossi, viajará la semana que viene a Teherán para analizar con el nuevo Gobierno iraní formas de avanzar en la resolución de los temas pendientes sobre el controvertido programa atómico del país.
"Es esencial que avancemos sustancialmente en la aplicación de la Declaración Conjunta acordada con Irán en marzo de 2023. Mi visita a Teherán será muy importante a este respecto", declaró Grossi en un comunicado, refiriéndose al acuerdo para intentar restablecer las inspecciones y aclarar dudas sobre la naturaleza del programa atómico del país asiático.
Esta será la primera visita de Grossi a Irán desde la elección el pasado julio de Masud Pezeshkian.
Fuentes iraníes han señalado que Grossi llegará el miércoles a Teherán y que las reuniones serán el jueves, día 14.
El diplomático argentino anunció ya hace un mes su intención de que esa visita tuviera lugar antes de las elecciones celebradas el pasado martes en EEUU, en las que se impuso Donald Trump y el conservador Partido Republicano.
En su comunicado de hoy, el OIEA indica que se trata de una "reunión de alto nivel con el Gobierno iraní" para tratar asuntos técnicos relacionados con el acuerdo de marzo de 2023.
El pasado 9 de septiembre Grossi criticó la falta de progresos en la investigación para asegurar que el programa nuclear iraní no tiene ni ha tenido objetivos militares.
"Mi idea es intentar que la cooperación funcione ahora y dar pasos para que podamos tener cierta claridad, que es muy necesaria", dijo entonces Grossi.
El OIEA lleva años tratando de aclarar el origen de trazas no naturales de uranio detectadas en tres localizaciones que Irán nunca declaró como parte de su programa atómico.
Las relaciones entre Irán y el OIEA se han ido deteriorando desde que Teherán dejó de respetar los compromisos adquiridos en el acuerdo nuclear de 2015, en respuesta a la salida de Estados Unidos del pacto en 2018, durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021).
Desde entonces, Teherán ha reducido las inspecciones, ha enriquecido uranio por encima de los niveles permitidos, ha desconectado cámaras de vigilancia del OIEA en sus instalaciones y ha vetado a varios inspectores de la ONU. EFE