Kabul, 9 nov (EFE).- En las calles de Kabul, las mujeres caminan con la mirada baja, ocultando sus rostros tras velos. Sin embargo, dentro de los recintos gubernamentales, un escenario distinto se presenta: los líderes talibanes interactúan con mujeres de otras culturas y buscan tratamientos médicos sin las restricciones que imponen a sus propias ciudadanas.
La escena es un contraste que pone de manifiesto dos entandares de un sistema que exige una moralidad que no todos los que lo integran practican.
Las incoherencia del sistema moral de los talibanes dieron una muestra desde el pasado agosto, cuando el régimen fundamentalista promulgó su ley de la propagación de la virtud y la prevención del vicio -conocida como ley de la moralidad-, que prohibió entre otras cosas que las mujeres hablasen en público.
La ley, de 35 artículos, fue ampliamente criticada por la comunidad internacional por recluir aún más a las mujeres al ámbito privado, pero su aplicación ha chocado con algunos actos recientes de los talibanes.
"Según su ley, las voces y los rostros de las mujeres son privados y se les impide salir en público sin un tutor masculino. Pero se reúnen con la jefa de la (misión de la ONU en Afganistán), la UNAMA, Roza Otunbayeva, y su adjunta, Georgette Gagnon", dijo a EFE un exfiscal afgano, Abdul Razaq Qazizada.
Los encuentros entre altos cargos del Gobierno de facto de los talibanes y funcionarias internacionales son habituales en los últimos tres meses, y aunque las mujeres suelen tener cubierto el cabello, sus rostros son plenamente visibles para los fundamentalistas, quienes castigarían severamente a una mujer que hiciera lo mismo en la calle.
En la imágenes compartidas por el Gobierno talibán de dichos encuentros, con la que los fundamentalistas intenta darse un velo de legitimidad, aparecen figuras de mucho peso como el ministro de Exteriores, Amir Khan Muttaqi, dialogando en una atmósfera nada próxima a la reclusión que los talibanes piden a las mujeres.
Según Qazizada, "la cuestión no es por qué los talibanes se reúnen con mujeres, la cuestión es por qué la ley es diferente para los talibanes y los afganos".
Las voces críticas con esta doble moral talibán proceden de diversos sectores, e incluso eruditos religiosos cuestionan la violación sistémica que hacen los talibanes de sus propias leyes.
El erudito religioso Mohammad Saleh Islampur dijo a EFE que los talibanes "también violan su propia ley de la moral" al saltarse las prohibiciones que pesan sobre las mujeres, pero además cuestionó la veracidad de algunas de sus interpretaciones.
"Normalmente, no se prohíbe que las caras y las manos de las mujeres, hasta las muñecas, sean visibles", dijo el religioso, aunque agregó que en caso de que esté prohibido, también es responsabilidad de los hombres, y en este caso los talibanes, no quebrantar la norma.
Pero el incumplimiento de sus leyes no se limita únicamente a sus encuentros con representantes de la ONU, sino que parte de la sociedad también critica una doble moral en otros asuntos sociales de menor nivel.
Según una doctora de una clínica de trasplante de cabello, muchos funcionarios talibanes han estado visitando el lugar para recibir trasplantes de cabello y otros tratamientos médicos pertinentes proporcionados por médicas y enfermeras.
“Muchas veces, los funcionarios talibanes visitaron la clínica para trasplantes de cabello administrado por doctoras y enfermeras”, dijo a EFE, bajo condición de anonimato.
Estos tratamientos, que pueden durar varias horas, serían impensables sin que las doctoras incumplan la prohibición de hablar en público, y las médicas tampoco están acompañadas por un tutor masculino, como los talibanes exigen que ocurra siempre que salen a la calle.
Este doble estándar también está presente en una de las últimas medidas tomada por los talibanes, que recientemente publicaron una lista de analistas a los que permitía aparecer en programas de televisión acerca de política, y que incluye a dos mujeres.
“A pesar de que los talibanes prohibieron la aparición de la voz y el rostro femeninos en público, recientemente han incluido a dos analistas con mentalidad talibán en la lista de analistas políticos presentada a los medios de comunicación para invitarlas a paneles políticos y programas de debates”, dijo a EFE la activista afgana, Nahid Noori.
A esto se añade la prohibición de transmitir imágenes de seres vivos en televisión, también presente en las leyes de la moral adoptadas el pasado agosto, y con la que es imposible que cumplan este tipo de programas.
Hasta el momento, solo una provincia afgana, la nororiental Takhar, ha confirmado la entrada en vigor de esta medidas.EFE