Valesca Ricardo
Berlín, 8 nov (EFE).- Las lentes de los fotógrafos son testigos de innumerables acontecimientos, también de la caída del Muro de Berlín hace 35 años y de la transformación de la ciudad, cuya imagen está profundamente marcada por la utopía de los años 90 que sigue dando forma a la capital aún hoy en día.
La muestra "Sigue soñando -Berlín, los años 90" está compuesta por más de 200 obras de nueve fotógrafos que reviven los días en los que Berlín, recién unificada, se llenaba de expresiones creativas y subculturas mientras buscaba su identidad.
"Si miras el Berlín de los años noventa no piensas en los nuevos edificios, sino en esta vida un tanto anárquica y salvaje que existía en algunas partes", dijo a EFE Annette Hauschild, fotógrafa y fundadora de la agencia fotográfica Ostkreuz.
La muestra a cargo de esta agencia, fundada por un grupo de fotógrafos de la antigua RDA en 1990, cuenta con nueve miembros que documentaron a través de sus lentes una ciudad en transición, en la que los cambios sociales y económicos reconfiguraron Berlín.
"Fue un desafío increíblemente grande, conectar estos dos sistemas económicos y sociales después de la caída del muro", dijo Hauschild, quien recordó que sin la caída del Muro la agencia Ostkreuz, como muchas otras organizaciones, no habría existido.
Para llevar a cabo esta colección, el grupo de fotógrafos buscaba nuevas perspectivas de la época a través de fotografías del archivo de la agencia que nunca antes habían sido digitalizadas.
"Nuestro desafío fue mirar las fotografías de los años 90 con la perspectiva y el conocimiento de hoy", afirmó la responsable de la muestra.
En ese sentido, "lo mejor es cuando se aprecia el pasado con los ojos del hoy", añadió.
Esta exhibición, que cada día recibe a decenas de visitantes, es de gran interés para distintas generaciones que comparan las fotografías con sus propios recuerdos, comenta Hauschild.
Y es que hoy, 35 años después, el espíritu de esos años sigue resonando en las calles, recuerdos y fotografías de aquellos que lo vivieron.
"Cuando miro las fotos, todo ha cambiado. No sólo la ciudad, sino también la gente que vivía aquí", dijo a EFE Nidia, una testigo de la caída del muro de Berlín que visitaba la exposición.
Las generaciones jóvenes que no vivieron ese histórico momento adquieren a su vez nuevos conocimientos y perspectivas.
"No tenemos ninguna conexión con lo que pasó y por eso es tan asombroso ver lo que los padres siempre dicen sobre cómo eran las cosas entonces, que todo era de alguna manera nuevo y había tal espíritu de optimismo y libertad", aseguró a EFE Karla.
"Al ver la exposición te sientes libre y capaz de hacer cualquier cosa, por eso me gustó mucho", indicó.
Los fotógrafos de la agencia Ostkreuz, cuyo nombre se debe a la estación de S-Bahn que comunicaba Oriente y Occidente, decidieron dividir la exposición en cuatro etapas.
En los capítulos titulados: ‘Salida y despedida’, ‘Una ciudad desaparece, una ciudad surge’, ‘Nuevas libertades y viejas certezas’ y ’Bienvenidos a Utopía’, el grupo busca reflejar la lucha, tras la caída del muro, por el diseño de la nueva capital y la adaptación a una nueva sociedad ideológica y físicamente reunificada.
Para ello, utilizaron una variedad de fotografías de distintos tamaños y colores que representan situaciones cotidianas, como la rutina de un neonazi convencido, la vida diaria entre oportunidades y dificultades que trajo consigo el cambio, las múltiples zonas desoladas y las innumerables escenas tecno que fueron marcando el camino de una era para Berlín.
"Mientras algunos bailaban sobre las ruinas del Estado socialista, se producía un cambio casi instantáneo hacia el capitalismo sin objeciones", agregó la agencia.
Para Hauschild, la euforia que siguió a la caída del muro de Berlín animó a una nueva generación a aprovechar al máximo los espacios abiertos y la falta de normas características de este periodo, hasta convertirse en la ciudad capital que más tarde aprendería a funcionar de nuevo unida. EFE
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