Nissan concentrará los 9.000 despidos anunciados este miércoles como parte del plan de ajuste para recuperar la rentabilidad en los dos mercados más importantes para el fabricante japonés, Estados Unidos y China, según han informado a Europa Press fuentes próximas a la compañía.
España y el resto de mercados europeos en los que opera el grupo --además de Asia, Oriente Medio y África-- esquivarían, en principio, esta reestructuración que afectará al 6,7% de su plantilla global --133.580 trabajadores-- en diversas áreas relacionadas con ventas, gastos generales y administrativos.
El objetivo que persigue la empresa con este plan de ajuste es "racionalizar" la cartera de activos y "priorizar" los gastos de capital para acelerar las inversiones en investigación y desarrollo.
En la actualidad, Nissan cuenta con 25 líneas de producción de vehículos a nivel mundial y el plan actual es reducir la capacidad operativa máxima de éstas en un 20%.
Al cierre del segundo trimestre fiscal, el volumen de ventas globales de Nissan cayó un 3,8% hasta los 1,59 millones de vehículos, en gran parte debido a un retroceso de las ventas del 14,3% en China, aunque en el caso de Estados Unidos la caída se redujo hasta casi un 3%, unos 449.000 vehículos. En conjunto, ambos mercados representan casi la mitad de las ventas globales de Nissan en términos de volumen.
Precisamente, respecto al mercado norteamericano, el CEO de Nissan, Makoto Uchida, ha señalado este miércoles que las ventas se han contraído en el caso de sus modelos principales, aunque se ha visto "sorprendido" por el rápido crecimiento de la demanda de vehículos híbridos, en la que Nissan todavía no está posicionada.
En un momento de complejidad financiera como en el que se encuentra Nissan, el CEO ha decidido renunciar voluntariamente al 50% de su retribución mensual a partir de noviembre y los demás miembros del comité ejecutivo de Nissan también se recortarán el salario.
En cualquier caso, Uchida ha asegurado que la compañía no se encuentra en un momento de "contracción", sino que la reestructuración del negocio busca una mayor "eficiencia y resiliencia" y alcanzar la capacidad de "responder con rapidez y flexibilidad a los cambios" en el sector automovilístico afectado por una caída global de la demanda, sobre todo, de coches eléctricos y la intensificación de la competencia.