Paula Bayarte
Lima, 7 nov (EFE).- El megapuerto de Chancay abrirá una puerta a China en las costas de Lima y será una escala fundamental de la nueva ruta de la seda en Suramérica, a la vez que constituye una esperanza de desarrollo para Perú.
La tecnología, el enfoque ecológico y el énfasis en la seguridad caracterizan el puerto, que será inaugurado en siete días con la presencia del presidente chino, Xi Jinping, y que ha generado críticas por la posible pérdida de soberanía de Perú y el incremento del control de China. .
Estas son algunas claves del nuevo puerto.
El puerto se ubica a 80 kilómetros al norte de Lima y pertenece, en un 60 %, a la empresa estatal china Cosco Shiping y, en un 40 %, a la minera peruana Volcan Compañía Minera, la cuarta productora de plata y zinc a nivel mundial.
Promete generar un impacto económico y social de 4.500 millones de dólares al año, equivalente al 1,8 % del PIB, y su primera etapa de construcción ha supuesto una inversión de unos 1.400 millones de dólares.
La infraestructura multipropósito permitirá que Perú reciba buques de gran envergadura y capacidad de carga, de hasta 24.000 contenedores. Pretende movilizar entre el 30 y el 40 % de la carga nacional con destino a China y el Sudeste Asiático en los primeros años de operación.
El único acceso al puerto es a través de un puente de 1.840 metros, el más largo del país, construido para generar menos impacto en la localidad de Chancay, y, a través del cual, se llega a la zona operativa de muelles con una longitud total de más de 1,5 kilómetros.
Los muelles del puerto cuentan con grúas de hasta 90 metros de altura que operan de manera automática desde un programa virtual, con el apoyo de 40 vehículos autónomos. La automatización permitirá reducir el tiempo de permanencia de los buques, y por tanto el costo logístico.
El gerente adjunto en Cosco Shipping Ports Perú, Gonzalo Ríos, explicó a medios internacionales que el componente ecológico ha sido constante desde su planteamiento y que este tendrá desde el primer día de operaciones una huella de carbono neutra.
Precisó que toda la infraestructura cuenta con una base de energía eléctrica y han instalado una planta desalinizadora en las instalaciones.
Además, el ministro de Transportes, Raúl Pérez Reyes, detalló que todos los contenedores que entren o salgan del puerto pasarán por unos escáneres donados por Estados Unidos para controlar la seguridad y evitar delitos como el narcotráfico.
La inauguración del puerto será el 14 de noviembre y correrá a cargo del presidente chino Xi Jinping, quien hará una visita oficial al país andino en paralelo a la semana de líderes del Foro Económico Asia Pacífico (APEC).
Perú, después de Brasil, es el país latinoamericano donde China invirtió más dinero en 2023, de acuerdo a cifras oficiales, y está previsto que durante la visita de Xi se suscriba el proceso de perfeccionamiento del Tratado de Libre Comercio con el gigante asiático.
Además, está próximo a suscribirse el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Hong Kong y están en curso la negociación con India e Indonesia. Con lo que el impacto de Chancay en el comercio con Asia será mayor para Perú.
Acerca al país andino a Asia, pero también a toda la región, y en este sentido, el ministro Pérez Reyes afirmó que pretenden que Perú sea "el Singapur de Latinoamérica".
El intenso tráfico que puede causar el flujo de camiones de carga y de trabajadores que salen y entran en el puerto, sumado a la congestión de la capital peruana, es la preocupación principal de limeños.
Además, Chancay tiene una población de 60.000 personas y va a generar de momento 8.500 empleos directos, lo que va a requerir que la localidad ponga en marcha grandes planes urbanísticos que aún no se han concretado.
Por otro lado, otra de las zonas grises es la soberanía del puerto. Desde hace meses han surgido tensiones entre Cosco Shipping Ports y el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran), que advierte que existe un vacío legal en la Ley del Sistema Portuario Nacional (LSPN).
En octubre la empresa denunció al organismo por la supervisión del megapuerto, pues considera que este vulnera sus derechos de control.
En este sentido, Boluarte anunció en su discurso presidencial que el puerto será declarado como Zona Económica Especial, lo que ha despertado dudas sobre la influencia de China en la infraestructura.
"Es una instalación portuaria que si bien la propiedad es de una empresa conjunta en China con una empresa minera, en ningún momento implica algún tipo de vulneración de la soberanía. Esto es territorio peruano. Lo es y lo seguirá siendo", indicó Pérez Reyes. EFE
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