Jerusalén, 7 nov (EFE).- La Knéset (el Parlamento israelí) aprobó este jueves un proyecto de ley que permitirá deportar a Gaza a familiares de los autores de ataques "terroristas", término que en Israel se usa indistintamente para referirse a atentados contra civiles o a ataques contra soldados israelíes, generalmente cometidos por árabes.
El proyecto, aprobado de madrugada (fuera del foco mediático) por 61 votos a favor frente a 41 en contra, da autoridad al ministro del Interior israelí para "deportar a la familia del autor de un ataque si se demuestra que tenía conocimiento previo de la operación y no hizo todos los esfuerzos necesarios para evitarla".
El texto de la norma estipula que la deportación será por un período de siete a quince años si el autor del ataque es ciudadano de Israel y por diez a veinte si es residente de Jerusalén Este (parte de la ciudad anexionada unilateralmente en 1980, sin el apoyo de la comunidad internacional, y donde Israel gobierna 'de facto', pese a que sus habitantes palestinos no tienen la ciudadanía).
La ley estipula también que los atacantes israelíes mantendrán su ciudadanía pese a ser expulsados del país.
La Policía israelí (controlada por el ministro antiárabe de Seguridad Nacional, el colono extremista Itamar Ben Gvir) tendrá poderes para implementar la deportación, incluido el derecho a entrar en cualquier lugar y utilizar la fuerza necesaria para deportar a cualquier residente, según el texto explicativo de la norma en la web de la Knéset.
En un comunicado condenando la medida, el Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en partes reducidas de Cisjordania ocupada, advirtió de que la norma forma parte de "un intento sistemático israelí de anexionarse los territorios palestinos ocupados".
Los ataques perpetrados por árabes israelíes o palestinos, especialmente en estaciones de trenes y autobuses en territorio israelí, se han incrementado en estos últimos meses, mientras Israel mantiene su ofensiva en la Franja de Gaza y Líbano y crece la tensión con Irán y sus grupos satélite.
Cisjordania ocupada también vive una espiral de violencia desde el inicio de la guerra, con más incursiones del Ejército israelí y el aumento de los ataques de colonos judíos contra residentes palestinos del territorio.
En lo que va de 2024 unos 435 palestinos han muerto en el territorio por fuego israelí, la mayoría milicianos de los campamentos de refugiados, pero también civiles, incluidos al menos 71 menores, según el recuento de EFE.
Del lado israelí, han muerto este año 39 personas: 16 uniformados y 23 civiles (nueve de ellos colonos), la mayoría en ataques perpetrados por palestinos, aunque al menos cuatro soldados murieron durante incursiones militares en Cisjordania.
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