El Parlamento israelí ha dado el 'sí' definitivo a una ley que da al Ministerio de Educación las competencias necesarias para despedir a aquellos profesores que considere que "apoyan el terrorismo" y muestran "compasión" o "solidaridad" con actos de este tipo perpetrados contra el país.
La normativa, que facilita estos ceses sin aviso previo, deja en manos del Ministerio la potestad de decidir si estos docentes "se identifican con actos terroristas" o han mostrado algún tipo de "compasión o empatía este tipo de actividades".
En este sentido, la legislación permitirá al Gobierno cortar los fondos destinados a aquellos colegios que muestren apoyo a ataques contra ciudadanos israelíes u objetivos en el interior del país.
La ley nombra específicamente a las escuelas árabes situadas en Jerusalén Este, a las que acusa de "incitar a los menores a mostrar posturas contrarias al Estado de Israel", según informaciones recogidas por medios israelíes.
Previamente, la Knesset ha dado también el visto bueno a una ley impulsada por el partido ultraderechista Otzma Yehudit y que permitirá al Gobierno de Benjamin Netanyahu deportar a familiares de "terroristas" convictos a la Franja de Gaza o a otras zonas.
Así, el Ministerio del Interior podrá expulsar a los familiares de aquellos condenados por terrorismo en caso de que tuvieran conocimiento previo de dichas acciones terroristas y no informaran de ello a la Policía, tal y como ha informado el diario 'The Times of Israel'.
La legislación no se aplica exclusivamente a los ciudadanos israelíes --cuya expulsión rondaría entre los siete y los 15 años--, sino que también los residentes permanentes o temporales podrán recibir una orden de deportación --cuya validez no será inferior a diez años ni superior a 15--. Pese a la expulsión, los ciudadanos israelíes conservarán su ciudadanía.