El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, Friedrich Merz, ha reclamado al canciller, Olaf Scholz, que en lugar de celebrar en enero el voto de confianza en el Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento) lo haga de manera inmediata, la próxima semana.
"No hay ninguna razón para que la votación sea en enero", ha dicho Merz en rueda de prensa, un día después de que el jefe de Gobierno confirmase la ruptura con el partido liberal. Si los diputados no avalan al actual Ejecutivo, deberían celebrarse elecciones anticipadas.
La crisis de la coalición gobernante era ya más que evidente desde hace semanas y se ha saldado con la salida de la formación más débil del tripartito, el Partido Democrático Libre (FDP). Scholz cesó a su líder, Christian Lindner, de la cartera de Finanzas, donde incorpora a Jorg Kukies, un antiguo asesor de su plena confianza.
En cambio, el también liberal Volker Wissing ha optado por mantenerse como ministro de Transportes y dejar el FDP, para no ser "una carga" para el partido. "No me alejo de sus valores básicos y no quiero afiliarme a otro (partido). Quiero seguir siendo fiel a mí mismo", ha esgrimido en una comparecencia.
El Partido Social Demócrata (SDP) de Scholz tiene ahora como único socio de coalición a Los Verdes, cuyo líder, Robert Habeck, ha apelado a la confianza ciudadana. "No dudéis de la fuerza de este país. Hemos superado retos completamente diferentes", ha dicho en un comunicado.
Así, ha instado a "no dudar de la democracia", pese a que sí ha admitido que las discrepancias en el seno de la coalición --"un Gobierno impopular" como él mismo ha reconocido-- puede haber lastrado la confianza general en las autoridades y en la política.
Alemania tenía ya en el horizonte la celebración de elecciones parlamentarias, aunque el calendario formal establece que debían tener lugar en septiembre de 2025. De fracasar la votación planteada por Scholz para enero, se adelantarían en principio al mes de marzo, con la CDU y su socio bávaro (CSU) como claros favoritos.