Moscú, 7 nov (EFE).- La fábrica china TPV Technology que fabricaba televisores Philips, Sony, Sharp y de otras marcas en la región rusa de Leningrado, cerró por miedo a las sanciones impuestas a Rusia por Occidente por la guerra en Ucrania, según informó hoy el periódico ruso Kommersant.
El rotativo ruso indicó que la fábrica hongkonesa que funcionaba desde 2011 en la ciudad de Shushari, al sur de San Petersburgo, detuvo sus producciones a fines de octubre, según una fuente del sector de la industria electrónica rusa.
El interlocutor de Kommersant vinculó esta decisión a presiones por parte de Estados Unidos y la UE y amenazas de imponerle sanciones secundarias, además de dificultades a la hora de efectuar el pago de determinados componentes electrónicos a través de China.
Aunque la oficina rusa de TPV Technology eludió responder al periódico, el departamento de mantenimiento de la compañía sí confirmó el cese de las producciones en la fábrica de Shushari, aunque no precisó los motivos.
La fábrica comenzó sus producciones a mediados de 2011 en una superficie de 19.000 metros cuadrados y con una inversión de 30 millones de dólares, produciendo hasta 3,5 millones de televisores anuales.
Según el portal de la compañía en internet, además de las ya citadas marcas, la fábrica producía televisores AOC, Panasonic e Infomir.
El director comercial de Holodilnik.ru, una de las principales tiendas digitales rusas de electrodomésticos, Alexéi Pogudálov, también confirmó a Kommersant el cierre de la fábrica china y señaló que en estos momentos la empresa se prepara para la venta de los restos de sus producciones y componentes en Rusia.
"Debido al alto riesgo de las sanciones secundarias (...) la parte china tomó la decisión de cesar las ventas directas" en Rusia, indicó, al señalar que los servicios técnicos y de garantía se mantendrán.
Tras el comienzo de la guerra en Ucrania, Occidente impuso una gran cantidad de sanciones a Rusia que afectaron en primera instancia el acceso al sistema de intercambio bancario SWIFT y a las cadenas logísticas existentes, lo que generó una retirada en avalancha de un gran número de compañías occidentales.
Aunque Rusia se apoyó en un principio en los países que no se sumaron a las sanciones, las presiones de Occidente a estos, incluyendo a aliados tan cercanos como China o las repúblicas postsoviéticas de Asia Central, ha obligado a estos países a evitar el comercio con mercancías vetadas por las restricciones.EFE