Rabat, 7 nov (EFE).- Amnistía Internacional (AI) exigió a las autoridades de Mali que investiguen la muerte de al menos ocho civiles, seis de ellos niños, en ataques con drones ocurridos el 21 de octubre pasado en un mercado de la localidad de Inadiafatane, en el norte del país.
En un comunicado, la oenegé pide "una investigación efectiva y transparente" y considera que se podría tratar de "un crimen de guerra, pues causaron muertes y heridas a civiles y fueron dirigidos contra bienes de carácter civil".
AI afirma que, según la información que ha recabado de varios testigos de los ataques, seis de los ocho muertos eran menores y que otras 15 personas resultaron heridas, varias de gravedad.
Uno de los testigos indicó a la organización que hubo una primeras explosiones, seguidas de unas segundas 15 minutos después, y luego una tercera ronda de disparos. El primer ataque iba dirigido contra cinco motocicletas bajo un cobertizo metálico en el mercado y mató a varias personas, el segundo contra un vehículo de un comerciante y el tercero destruyó otro vehículo, según el testigo.
"Estos ataques se produjeron en medio del mercado y las víctimas fueron sobre todo personas que estaban comprando, vendiendo o que se desplazaban por allí. Mataron a un bebé de cuatro meses y a una niña de seis años", dijo el testigo.
"El principio de distinción es esencial en la selección de objetivos militares. Los ataques con drones deben distinguir claramente entre civiles y personal militar o combatientes pertenecientes a grupos armados, y evitar dirigirse contra la población civil o edificios que no se usan con fines militares", dice al respecto Samira Daoud, directora regional de Amnistía Internacional para África Occidental y Central, en el comunicado.
Y añade que "las autoridades de Malí deben investigar urgentemente el proceso de toma de decisiones y la ejecución de los ataques con drones que causaron las víctimas civiles", así como "ser más transparentes sobre sus reglas de intervención en cuanto al uso de drones".
Amnistía Internacional recuerda que estos ataques se han producido después de otros similares que han causado víctimas civiles este año, y menciona uno en Amasrakadh, en la región de Gao, que el 17 de marzo mató a 13 civiles, entre ellos 7 menores, y otro el 23 de marzo en Douna que mató a 14 civiles, 11 de ellos menores.
Este país de la inestable región del Sahel, gobernado por una junta militar golpista desde 2020, es escenario de ataques terroristas continuos perpetrados por el Estado Islámico (EI) y la filial local de Al Qaeda, denominada el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GAIM).
Además, hay una guerra civil abierta entre los secesionistas del norte del país y el gobierno en el poder.
En los últimos meses, reacciones imprecisas e indiscriminadas del Ejército maliense, apoyado por los mercenarios del grupo ruso Wagner, han provocado además masacres en las filas de civiles denunciadas por instituciones como la ONU.
Según la plataforma 'Armed Conflict Location And Event Data Project' (ACLED), que monitoriza la violencia en el mundo, entre octubre de 2023 y el mismo mes de 2024 murieron 4.548 personas en Mali en actos violentos protagonizados por actores no estatales y otras 2.743 a manos de fuerzas estatales. EFE