Naciones Unidas, 6 nov (EFE).- Un eventual fin de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), si se lleva a cabo la prohibición 'de facto' de Israel a su actividad, tendría un costo altísimo en la educación, el empleo y hasta el PIB de Palestina, advirtió este miércoles su comisionado general, Philippe Lazzarini, ante la Asamblea General de la ONU.
La sesión especial fue pedida por Palestina para mostrar cuál es el apoyo internacional después de que el parlamento israelí (Knéset) aprobara dos leyes para prohibir la actividad de la agencia y los contactos de cualquier funcionario israelí con ella en un plazo de tres meses, medidas que fueron repudiadas por una gran parte de la comunidad internacional.
El comisionado general de UNRWA destacó ante la Asamblea que la agencia no solo ha sido el pilar de apoyo humanitario a la población en este año largo de guerra, sino que en tiempo normal provee educación a 650.000 niños en Gaza, y sin ella "una generación habrá sido privada del derechos a la educación".
Del mismo modo, UNRWA es el segundo proveedor de empleos en los territorios palestinos, tras la Autoridad Nacional Palestina, y sus salarios y actividad suponen entre el 5 y el 8 % del Producto Interior Bruto de los territorios, destacó Lazzarini, quien advirtió que acabar con esa agencia supone "sembrar las semillas de la marginación y el extremismo".
Por otro lado, Lazzarini lamentó que el gobierno israelí se apoye en "acusaciones sin fundamento" para justificar sus medidas contra la agencia, y explicó que ha pedido repetidamente pruebas al gobierno israelí que sustenten esas acusaciones, "pero nunca recibimos respuesta".
"Nos vemos en la insidiosa posición de ser incapaces de contestar acusaciones de las que no hay pruebas", lamentó, tras subrayar que la agencia se ha dotado de "un robusto marco de neutralidad" mucho más severo que otras instituciones.
A Lazzarini le sucedió el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, que le contradijo y sostuvo que han aportado a la ONU "más de cien nombres" de empleados de UNRWA que estuvieron envueltos en los atentados terroristas del 7 de octubre perpetrados por Hamás, y añadió: "Muchos de los llamados maestros son en realidad terroristas, y los trabajadores asistenciales eran asesinos", aseveró, sin aportar pruebas.
Danon dijo que la UNRWA fue creada para proveer sanidad, educación y servicios sociales, y se preguntó "dónde se especifica que ese mandato se refiera al secuestro de civiles, el asesinato de inocentes o el almacenamiento de armas para los terroristas".
Tras Danon tomaron la palabra países y grupos de países que, sin excepción, alabaron el papel vital de la UNRWA en Palestina y lamentaron las leyes de la Knéset.
Dieciséis países -entre ellos España- que han formado un "grupo de apoyo a la UNRWA" leyeron por boca de la representación de Bélgica una declaración común en la que subrayaron que aplicar las leyes de la Knéset "serán una clara violación de la legalidad internacional" y sentarían un peligroso precedente de irrespeto de la propia carta de la ONU.
Los ataques de Israel a la UNRWA se han quedado sin apoyos internacionales en esta ocasión, e incluso Estados Unidos ha defendido el papel de la agencia, pero está por verse si la próxima administración que forme Donald Trump -partidario de una alianza aún más sólida con Israel- tendrán alguna consecuencia en el tratamiento de la agencia, de la que EE.UU. era el principal financiador hasta hace un año. EFE
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