Estados Unidos aún tendrá que esperar para tener a su primera mujer presidenta

Kamala Harris no logra avanzar hacia la presidencia, lo que pospone la posibilidad de una mujer en la Casa Blanca, mientras los republicanos consolidan su poder en el Congreso y el Senado

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La derrota de la demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos implicará retrasar al menos cuatro años la llegada de la primera mujer a la Casa Blanca. Harris era la segunda mujer, después de Hillary Clinton, en intentar romper este techo de cristal y, al igual que su compañera, se ha quedado a las puertas.

La vicepresidenta apeló especialmente en campaña al voto de las mujeres para tratar de contener al republicano Donald Trump, envuelto durante años en todo tipo de polémicas machistas. También abogó por conservar derechos básicos como el aborto, frente a una embestida de recortes ultraconservadora.

El Partido Demócrata ha conservado el voto femenino, pero también en este ámbito ha sufrido el desgaste que venían reflejando los sondeos. Un 54 por ciento de las mujeres respaldaron a Harris en las elecciones, según una encuesta a pie de urna publicada por ABC News y que refleja un retroceso de tres puntos con respecto a 2020, cuando el candidato era Joe Biden.

Trump figura entre las mujeres diez puntos por detrás de Harris, la misma diferencia que el magnate obtiene a su favor si se examinan únicamente los votos depositados por hombres.

En el caso de la población joven, la aspirante demócrata tiene una leve ventaja de dos puntos entre los hombres --49 frente a 47 por ciento--, que se dispara hasta los 26 puntos entre las mujeres, según el citado sondeo.

Harris ya hizo historia hace cuatro años como la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, pero a partir de enero los principales puestos de poder volverán a estar copados por hombres. Trump regresará a la Casa Blanca de la mano del senador J.D. Vance, que ocupará la vicepresidencia.

Los republicanos también se encaminan a revalidar su mayoría en la Cámara de Representantes, lo que les permitirá conservar la presidencia de este órgano, el tercer cargo con mayor rango jerárquico del país norteamericano. Actualmente, lo ostenta también un hombre, Mike Johnson.

En la legislatura saliente, apenas un 28,3 por ciento de los escaños del Congreso federal lo ocupan mujeres y el dato cae al 25 por ciento en el caso del Senado. Se trata en cualquier caso de un récord, al igual que el hecho de que haya doce mujeres gobernadoras, según el Centro para Mujeres y Política de Estados Unidos (CAWP, por sus siglas en inglés).

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