El Gobierno alemán cae por diferencias en política económica en contexto de recesión y guerra

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Berlín, 6 nov (EFE).- Las divergencias en materia económica y financiera han roto finalmente este miércoles la coalición de Gobierno alemana de socialdemócratas, verdes y liberales tras tres años de disputas, abocando al país a unas más que probables elecciones anticipadas en marzo en tiempos de creciente incertidumbre a nivel doméstico e internacional.

El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, anunció la destitución del ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, después de que fracasara una sesión maratoniana de reuniones convocadas con el objetivo de evitar in extremis la ruptura.

Con la economía alemana a punto de cerrar su segundo año en recesión y un agujero de 12.000 millones de euros en los presupuestos de 2025, que el Parlamento deberá abordar la semana que viene, la confrontación entre dos visiones diametralmente opuestas, que el Ejecutivo arrastraba desde sus inicios, se volvió finalmente ineludible.

Scholz y sus socios verdes abogan por dejar fuera de vigor, invocando una emergencia, el mecanismo constitucional que limita el endeudamiento al 0,35 % del PIB para poder financiar así inversiones en la economía y un apoyo adicional a Ucrania cuando se espera que disminuya la ayuda estadounidense.

Para los liberales, que, según los sondeos podrían quedarse fuera del Parlamento en las próximas elecciones, esto era una línea roja y prefirieron la ruptura antes que un compromiso que -a su juicio- les hubiera hecho perder todavía más votos.

Por ello, lanzaron la semana pasada un órdago con un documento estratégico inasumible para sus socios, en el que pedían alivio fiscal para las empresas y recortes del gasto social, además de la relajación de los objetivos climáticos.

En un discurso que anticipaba ya tonos de campaña e inusualmente elocuente, Scholz anunció que ante la "irresponsabilidad" de Lindner y la necesidad de lograr "claridad" se someterá a una cuestión de confianza en la primera sesión parlamentaria del nuevo año, el 15 de enero.

Lindner por su parte acusó a Scholz de haber forzado una "ruptura calculada" y de no haber aceptar siquiera sus propuestas como base de unas conversaciones para llegar a un compromiso.

Socialdemócratas y verdes carecen de mayoría, por lo que, según anticipó el vicecanciller y ministro de Economía, el verde Robert Habeck, es más que probable que se convoquen elecciones anticipadas, a más tardar a finales de marzo.

Entre sus logros, Scholz destacó los "grandes progresos" en protección del clima, la bajada de la inflación hasta el 2 %, la estabilización de los precios de la energía o la reducción de la migración irregular en un 50 % con respecto a 2023.

En tiempos de incertidumbre global, con guerras en Ucrania y Oriente Próximo y con unos EE.UU. y China que "no duermen", Alemania no puede elegir entre invertir en Ucrania y en el Ejército o en la economía y el bienestar, argumentó el canciller.

"A los ciudadanos no les haré elegir entre inversión en defensa o buenos puestos de trabajo y una buena economía. Ese 'o lo uno o lo otro' es veneno", afirmó Scholz, que aseguró que Alemania es un país fuerte que puede permitirse endeudarse más.

El socialdemócrata además tendió la mano al líder de la oposición, el democristiano Christian Merz, al que ofreció cooperar con un Gobierno en minoría formado por socialdemócratas y verdes para sacar adelante sus planes para la economía y la defensa, aunque es improbable que su rival acepte la oferta.

Scholz urgió a evitar el ejemplo de EE.UU., un país "profundamente dividido" y crispado, e hizo una alegato por el compromiso político, anticipando la posibilidad de una 'gran coalición' con la Unión Democristiana (CDU), que lidera las encuestas de intención de votos.

"Tendremos que vérnoslas con resultados que requerirán cooperación y compromiso", advirtió, en un momento en el que las difíciles conversaciones de coalición en tres regiones del este alemán anticipan lo que puede ocurrir en un parlamento fragmentado con una ultraderecha fuerte, con la que ningún partido está por el momento dispuesto a cooperar.

La popularidad del tripartito, que asumió el poder en vísperas de la invasión rusa de Ucrania y tuvo que lidiar con una inflación disparada y un incierto suministro energético, ha caído hasta solo el 14 % según una encuesta reciente de INSA, en medio de disputas aireadas en público y críticas al liderazgo del canciller.

Entretanto, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha subido de forma casi ininterrumpida hasta el 18 % en intención de voto según un sondeo publicado este martes, solo por detrás del 32 % de la CDU y por delante de los socialdemócratas, con un 15,5 %, mientras que los Verdes bajarían al 10,5 %.

En un escenario así, la reedición de una coalición de democristianos y socialdemócratas como la que se dio en la anterior legislatura bajo la canciller Angela Merkel, con Scholz como ministro de Finanzas, podría ser la única opción.

Berlín, 6 nov (EFE).- La coalición del Gobierno alemán, formada por verdes, liberales y socialdemócratas, que lleva tres años liderando el país centroeuropeo, se rompió este miércoles tras expulsar el canciller, Olaf Scholz, al ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, que había exigido un cambio de rumbo de la política económica con exigencias que eran inasumibles para el resto de los socios, si bien las disputas ya se sucedían casi desde el principios de la andadura del llamado "semáforo".

Estas son las claves de la crisis que ha llevado al fin de la coalición, a la que ya solo apoyaba el 14 % de la población, según una reciente encuesta de INSA:

- El ministro de Finanzas, del Partido Liberal (FDP), socio menor de la coalición, presentó el jueves 31 de octubre a sus socios un documento de 18 páginas para reactivar la economía alemana, que se encamina a su segundo año consecutivo de recesión. La propuesta se filtra a la prensa al día siguiente, algo que criticó Lindner. Pero el detonante -o la excusa para muchos- para forzar una ruptura estaba ya servida.

- El documento, calificada por algunos de "carta de divorcio" y por otros incluso de "declaración de guerra", incluía medidas como recortes fiscales para las empresas, una relajación de los objetivos climáticos y una reducción de las subvenciones y prestaciones sociales, con lo que Lindner exigía a la coalición abandonar el actual planteamiento económico delineado en el acuerdo de coalición de 2021.

- El domingo pasado Scholz citó a Lindner para hablar con él sobre este documento y las perspectivas de un compromiso, algo que previamente ya había hecho con su vicecanciller y ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck.

- El lunes se convoca una reunión a tres bandas y el martes otra para tratar de buscar soluciones. Scholz convoca otras dos reuniones de crisis para este miércoles en la que participan Habeck y Lindner, antes de sumarse por la tarde en la llamada comisión de coalición los responsables de los partidos que forman la coalición y de los grupos parlamentarios.

- Entre el lunes y este miércoles, tanto Scholz como Habeck intentan apelar a la unidad a los liberales y a la responsabilidad a Lindner, apuntando a que sería el peor momento para una ruptura ante la mala situación económica, las elecciones en EE.UU., que ganó el republicano Donald Trump, y la guerra rusa en Ucrania. Sin embargo, el presidente del Partido Liberal insistió en que debía haber una decisión sobre el fundamento de la política económica del Gobierno.

- No solo eran las medidas para reavivar la maltrecha economía, aquejada por la competencia de EE.UU. y de China, y la falta de inversión en la infraestructura, entre otros factores, que dividían a los socios de la coalición, en la que Lindner abogaba por menos Estado y no quería aflojar el freno de la deuda, sino también el presupuesto para 2025, que la próxima semana debe cerrarse en la Comisión Presupuestaria del Parlamento y en el que aún había un agujero por tapar de más de 12.000 millones de euros.

- Ambos problemas están estrechamente vinculados, pues el presupuesto debe financiar las medidas económicas y por tanto el rumbo del Gobierno en esta materia.

- Las disputas entre los socios de la coalición no eran nuevas, sino que todos sacaron constantemente sus diferencias a la luz pública, generando un hartazgo entre los mismos líderes y también entre la población, a juzgar por las encuestas, en las que los socialdemócratas ya solo cosecharían un 16 % de los votos si hoy fueran las elecciones, los Verdes un 10 % y los liberales de Lindner ni siquiera entrarían en la Cámara Baja o Bundestag con un 4 %.

- Sin embargo, las diferencias entre los liberales y sus socios, una alianza difícilmente compatible desde un principio, se agrandaron conforme pasaban los meses, las semanas y los días hasta agotarse la paciencia diez meses antes de las elecciones generales previstas para finales de septiembre de 2025.

- Scholz cesó a Lindner, acusándole de falta de responsabilidad y de rechazar cualquier compromiso, con lo que la coalición se quedó en minoría entre los Verdes y los socialdemócratas. El canciller pedirá un voto de confianza el 15 de enero, que con casi toda seguridad perderá al estar ya en minoría, por lo que se convocarán probablemente elecciones anticipadas a finales de marzo.

Berlín, 6 nov (EFE).- La ruptura de la coalición de Gobierno alemana a causa de la expulsión del Partido Liberal (FDP) del ministro de Finanzas Christian Lindner constituye un "error" a la luz de la victoria de Donald Trump en EEUU, afirmó el vicecanciller y ministro de Economía, el verde Robert Habeck.

Precisamente en la jornada de hoy, Alemania hubiera debido mostrar "unidad y capacidad de actuación", dijo Habeck en una comparecencia en Berlín, poco después de que el canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, anunciara la ruptura del Ejecutivo y la convocatoria de una cuestión de confianza en enero.

El vicecanciller y ministro explicó que había posibilidades sobre la mesa para cerrar el agujero de 12.000 millones de euros en los presupuestos de 2025, uno de los factores que llevaron a la crisis entre socialdemócratas, verdes y liberales.

"El apoyo a Ucrania hubiera sido la respuesta correcta a la elección de Donald Trump", afirmó, en alusión a la propuesta de los socialdemócratas y de los verdes para dejar fuera de vigor el mecanismo constitucional que limita el endeudamiento para poder aprobar inversiones adicionales en la economía y ayudas a Kiev.

Sin embargo, los liberales no estuvieron dispuestos a seguir este camino, por lo que Scholz cesó a Lindner, señaló.

"Esto fue consecuente, pero innecesario. Ahora lo importante es que Alemania esté a la altura de su responsabilidad internacional", remachó.

Habeck afirmó que su partido dejara el camino libre a la unas elecciones anticipadas en primavera, señalando así de forma implícita que anticipa el fracaso de la cuestión de confianza a la que se someterá Scholz el 15 de enero.

Hasta entonces, los verdes seguirán trabajando en pos de una Alemania como factor de estabilidad en Europa, en la que la protección del clima sea vista como una ventaja económica y en la que se realicen las inversiones necesarias en la economía y las infraestructuras, dijo.

"Los problemas no desaparecerán porque no dejemos de tener mayoría parlamentaria y la oposición tendrá que lidiar con ellos", afirmó, aludiendo a una posible victoria de la opositora Unión Cristianodemócrata (CDU), que lidera las encuestas de intención de voto.

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