Barja, una localidad suní del Líbano, objetivo de una nueva masacre israelí con 30 muertos

Hassan Souleiman sobrevive a un bombardeo en Barja que deja al menos 30 muertos; familias desplazadas enfrentan la desesperación mientras buscan a desaparecidos entre los escombros tras la ofensiva israelí

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Noemí Jabois

Barja (Líbano), 6 nov (EFE).- Anoche, Hassan Souleiman no lograba conciliar el sueño solo en su piso de Barja, una zona de mayoría suní apenas a 30 kilómetros al sur de Beirut. Decidió prepararse una 'shisha' o pipa de agua, la primera calada rota por un bombardeo que mató a al menos una treintena de sus vecinos.

Hassan resultó herido en un brazo y una pierna, pero se siente afortunado porque su familia no se encontraba en el edificio, lo que les salvó de la última masacre cometida por Israel en el Líbano: al menos 30 muertos y tres heridos, según el último balance ofrecido por la Defensa Civil Libanesa.

"Mi familia se fue 30 minutos antes del ataque, tenían que ir a un sitio con el marido de mi hermana y sus hijos, Dios les protegió", dice a EFE el hombre, frente a lo que queda del inmueble atacado anoche, parcialmente derrumbado.

Los equipos de rescate aún buscan a potenciales desaparecidos entre los escombros de este inmueble y otro colindante que también sufrió daños significativos, mientras supervivientes y vecinos se arremolinan en la zona a la espera de que los operarios de la excavadora les den buenas o malas noticia.

"Estaba tratando de dormir pero no lo lograba, así que me hice una 'shisha' y me senté aquí, junto a la puerta negra. Cuando me senté, oí el misil antes de que llegara y (el ataque) ocurrió", relata Hassan, el brazo en cabestrillo por dentro de la sudadera y una quemadura en la pierna a causa de la explosión.

Vivía en la planta baja del edificio desde hacía un mes, después de verse desplazado por segunda vez en un año de conflicto.

Tras el estallido de los enfrentamientos entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá en octubre de 2023, la familia tuvo que abandonar su hogar en Aita al Shaab, cerca de la frontera de facto con el Estado judío, y se trasladó a la zona también meridional de Tiro.

Sin embargo, desde que Israel inició una intensa ofensiva aérea contra el Líbano hace ya mes y medio, ni Tiro ni prácticamente ninguna otra localidad del sur del país son seguras para la población. Alrededor de 1,2 millones de personas como Hassan se han visto desplazadas en el país.

La campaña de bombardeos se ha concentrado principalmente en el sur y este de la nación, y en los suburbios sur de Beirut, de mayoría chií, pero también se producen de forma cada vez menos esporádica contra localidades fuera de esos focos pobladas por otras comunidades.

Suelen tener como objetivo edificios en los que alojan desplazados del sur del país y muchos acusan a Israel de tratar de crear tensiones internas entre comunidades con este tipo de acciones.

Mustafa Damaj, un miembro de la Defensa Civil Libanesa desplegado en el lugar del ataque en Barja, explica a EFE que, de hecho, aquí residía "un porcentaje bajo de desplazados".

De acuerdo con el rescatista, la mayoría de las víctimas mortales halladas por sus equipos son mujeres y niños, mientra que este miércoles continúan con las labores de búsqueda sin que esté confirmada la presencia de desparecidos ni claro cuántos podrían ser.

"Según la información recabada de los vecinos, podría haber gente; algunos dicen 20, otros diez y otros ocho. Por eso estamos realizando las labores de rescate y el proceso de retirada de escombros con mucho cuidado, en caso de que haya alguien debajo", afirma el rescatista.

La excavadora va apartando los restos del edificio que se vinieron abajo por el impacto y también los que se desprendieron con otro derrumbe parcial provocado por los efectivos para evitar riesgos durante las labores de búsqueda.

"Algunos de los lados suponían una amenaza para realizar las operaciones de rescate bajo ellos, así que quitamos el riesgo con maquinaria", indicó Damaj.

Un vecino que pide el anonimato lamenta en el lugar de los hechos cómo en el pasado Europa y Estados Unidos quisieron llevarse sus recursos a cambio de "paz". "Nos mintieron", critica, reflejando la frustración de muchos libaneses en medio de la enésima guerra en el país.

"Mientras (Donald) Trump baila por las elecciones, nuestros niños son asesinados por armas estadounidenses", agrega, poco después de que el candidato a la Casa Blanca declarara su victoria en los recientes comicios en EE.UU. EFE

(foto)(vídeo)

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