Las carreras relacionadas con la tecnología siguen sin estar entre las preferencias de las alumnas, ya que solo un 1 por ciento de las estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) están interesadas en estudiar un grado del ámbito de las nuevas tecnologías (TIC), lo que se debe a la falta de referentes femeninos en muchas de estas profesiones y de orientación académica y profesional, entre otras causas.
ASTI Talent&Tech Foundation ha llegado a esta conclusión tras un análisis que ha publicado bajo el título 'I Observatorio Mujer y STEM: ¿qué piensan las jóvenes españolas?', en el que se ha estudiado la relación de las estudiantes con materias de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
Para realizar este estudio se han llevado a cabo un total de 891 cuestionarios aplicados sobre alumnas desde 3º de ESO hasta la universidad de diferentes provincias españolas y tiene como objetivo entender de forma cualitativa las percepciones, valoraciones y creencias que presentan sobre materias STEM y cómo evolucionan a lo largo de su itinerario educativo.
Asimismo, el estudio se enmarca en el compromiso de la Fundación ASTI para conocer las causas de la escasa presencia de las mujeres en las competencias STEM y poder incrementar el desarrollo de talento en este ámbito. Esto es posible conociendo todas las variables del problema y creando programas para solucionarlo, como su formación STEM Talent Girl o FP Steam.
Para elaborarlo, la Fundación ASTI ha usado lo que se ha denominado 'identidad STEM', que se divide en cinco dimensiones: el rendimiento académico en áreas STEM, las expectativas familiares sobre las STEM, la afección por las matemáticas y las ciencias, la experiencia de aprendizaje de las STEM y la orientación académica y profesional STEM.
En primer lugar, desde la fundación apuntan que existe una evidente desafección por parte del alumnado femenino hacia estas carreras y, más concretamente, hacia las ingenierías y los grados de tecnología, que hoy presentan mayores tasas de empleabilidad y mejor remuneración.
En este sentido, han determinado que solo el 1 por ciento de las alumnas de ESO están interesadas en estudiar un grado del ámbito de las nuevas tecnologías (TIC); un porcentaje que aumenta hasta un 3 por ciento en el caso de las estudiantes de Bachillerato.
En cuanto a las ingenierías, solo un 5 por ciento de las chicas de ESO tienen intención de estudiarlas, frente al 3 por ciento de las entrevistadas en Bachillerato. En su lugar, prefieren las carreras de Ciencias de la Salud, como Biología o Química, que, dentro de las STEM, son las más atractivas para las chicas: el 30 por ciento de ellas pretenden elegirlas en la ESO y un 36,8 por ciento, en Bachillerato.
En este sentido, el informe apunta que la desafección hacia la tecnología se va incrementando a medida que las alumnas avanzan en su itinerario formativo. De esa manera, en 4º de ESO un 32 por ciento de las alumnas optan por la asignatura de Tecnología y Digitalización, mientras que en 1º de Bachillerato ya solo un 14 por ciento cursa la materia de Tecnología e Ingeniería.
Por contra, las materias de Física y Química y Biología resultan más atractivas tanto para las alumnas de ESO -un 98 y un 91 por ciento, respectivamente- como para las de Bachillerato (80 y 70 por ciento respectivamente). Las matemáticas, en cambio, no gustan especialmente entre las alumnas. Así lo expresa el 86 por ciento de las estudiantes de ESO y el 88 por ciento de las de Bachillerato. De hecho, un alto porcentaje de ellas (el 70 por ciento en ESO y el 73 por ciento en Bachillerato) manifiesta una alta preocupación por su dificultad.
Asimismo, esta materia reporta algún grado de ansiedad con respecto a las Matemáticas, Más concretamente, el 82 por ciento en el caso de las alumnas de ESO y un 84 por ciento en el caso de las jóvenes que se encuentran en la etapa de Bachillerato.
SIN EJEMPLOS A SEGUIR
Además del interés de las alumnas por las materias STEM, otro de los valores que se han tomado en cuenta a la hora de realizar el estudio es el contexto y las expectativas familiares de las estudiantes potenciales de estas carreras y se ha determinado que son minoría las alumnas que cuentan con algún padre o madre que se dedique a una de estas profesiones: el 67,5 por ciento del alumnado no lo tiene.
Asimismo, un 38 por ciento de las alumnas de ESO y Bachillerato han señalado que a ninguno de sus padres les gustaría que estudiasen un grado STEM, aunque hay un alto porcentaje de alumnas cuyos padres, madres o ambos tiene expectativas positivas hacia una futura profesión STEM por parte de sus hijas.
De este modo, el 60 por ciento de las alumnas de ESO manifiesta que sus progenitores están de acuerdo con esta elección, una cifra que asciende al 65 por ciento para aquellas estudiantes que cursan Bachillerato.
Junto con el apoyo de la familia, las alumnas buscan encontrar la motivación para estudiar carreras STEM en la metodología del profesorado, dado que el 86 por ciento de las alumnas de Secundaria y Bachillerato señalan que esa es la variable más relevante en su experiencia de aprendizaje. Además, buscan que también sean sus profesores quienes les motiven a hacerlo (85,55%).
A pesar de estas cifras, el estudio demuestra que aún eexiste brecha de género en las competencias STEM, algo que, en opinión de las alumnas preguntadas, se debe a la carencia de referentes femeninos en muchas profesiones (el 56,73% lo cree así), de orientación académica y profesional en sus centros educativos (80,27%) o de información sobre las carreras STEM en los colegios (70,47%).
Otros de los motivos recogidos en en análisis apuntan a la mala didáctica en el ámbito de las matemáticas, la dificultad y el esfuerzo que representan las carreras STEM o la falta de conocimientos sobre el mundo empresarial.