La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, ha asegurado este martes que Moldavia está siendo víctima de los intentos de las principales potencias occidentales de dividir a su sociedad, más aún tras las elecciones presidenciales del fin de semana en las que la presidenta Maia Sandu logró la reelección frente a su rival Alexandr Stoianoglo, afín al Kremlin.
Aunque la campaña electoral ya haya acabado, "las complicaciones" en Moldavia persisten, especialmente para la propia sociedad del país, que es víctima de una "división impuesta y el antagonismo desatado de la gente que vive" en la nación europea, ha relatado la portavoz de la diplomacia rusa en declaraciones desde Sochi, según recoge la agencia rusa de noticias TASS.
Así las cosas, Zajarova ha asegurado que, a pesar de las acusaciones "absolutamente monstruosas e inimaginables" vertidas por Sandu, aludiendo a las denuncias por supuesta injerencia rusa en la primera vuelta presidencial y el plebiscito para la allanar la membresía a la Unión Europea, Rusia apuesta por mantener unas relaciones "amistosas" con Moldavia.
"A pesar de las declaraciones absolutamente monstruosas e inimaginables de Sandu y todo su régimen, todos aquellos que desde Occidente le dieron dinero, la financiaron y la empujaron en sus políticas (...) Siempre hemos estado abiertos a una asociación amistosa, mutuamente respetuosa, a unas relaciones más estrechas con los ciudadanos de Moldavia", ha añadido.
Sandu logró la victoria el pasado fin de semana en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 55,33 por ciento de los votos frente a Stoianoglo, que ha afirmado que no reconoce la derrota pues esta se fundamenta principalmente en el voto de los moldavos en el extranjero. Según él, se favoreció la participación de los moldavos en Occidente y no así a los residentes en Rusia.