Las fuerzas de seguridad de Bolivia han logrado en los últimos días acabar con varios de los cortes de carretera que habían levantado desde hace dos semanas los grupos afines al expresidente Evo Morales, quien apela ahora a la comunidad internacional para establecer una mesa de diálogo con el Gobierno de Luis Arce.
Cuando se cumplen ya 23 días del inicio de estas protestas, las autoridades han desbloqueado este martes otro de los puntos que aún mantiene al departamento de Cochabamba incomunicado con el este y sur de Bolivia. El último de ellos, el de Mairana, conecta este bastión del expresidente con Santa Cruz.
En Mairana llegaron a registrarse durante el pasado fin de semana violentos enfrentamientos entre los efectivos de las fuerzas de seguridad y los manifestantes, quienes llegaron a tomar como rehenes a policías y periodistas.
En total, permanecen todavía bloqueadas catorce rutas, de las más de veinte que llegó a haber pocos días atrás, cuando se reforzó la acción de los operativos policiales, que contaron con el apoyo del Ejército, tras intensificarse las protestas, con asaltos a regimientos militares incluidos.
El Gobierno ha informado en las últimas horas que al menos 170 personas han sido detenidas desde que se pusieron en marcha los bloqueos. En medio que parece que decaen las protestas, Morales convocó una huelga de hambre y recurrió a la comunidad internacional para establecer una mesa de diálogo con el Gobierno.
Morales recurre ahora al diálogo, al que se negó tanto al principio como durante en el momento más álgido de las protestas, ante el temor, ha dicho, de que se produzca un baño de sangre. Mientras tanto, sus seguidores insisten que las causas judiciales que se le han abierto le sean retiradas.
Los bloqueos --que han provocado desabastecimiento de combustible, alimentos y pérdidas millonarias-- en un principio estaban motivados por la crisis económica, pero han servido para reclamar las aspiraciones políticas de un Morales que, a pesar de estar inhabilitado, insiste en presentarse a las próximas elecciones.
Entre las demandas figura la liberación de los detenidos durante la marcha de septiembre, el fin de sus procesos judiciales --entre ellos uno de abuso de menores y trata de personas-- y el reconocimiento del último congreso del Movimiento al Socialismo (MAS) en el que fue designado como candidato a las elecciones de 2025.