Johannesburgo, 5 nov (EFE).- Miles de personas protestaron este martes en la capital de Sudáfrica, Pretoria, contra una ley aprobada en septiembre que consideran pone en peligro la enseñanza del afrikáans, idioma hablado por los sudafricanos blancos descendientes de los colonos neerlandeses.
"Esta es la mayor protesta de la comunidad afrikáner desde 1994 (cuando se instauró la democracia tras el fin del régimen segregacionista del 'apartheid') y hay un motivo para ello. La gente esa enfadada porque la ley BELA ataca a las escuelas afrikáners y, por lo tanto, a nuestros niños", declaró a medios locales Kallie Kriel, director del grupo de presión afrikáner Afriforum, que impulsó la marcha junto con otras decenas de organizaciones de la sociedad civil.
Kriel, cuyo grupo es considerado de extrema derecha, usó las siglas en inglés de la llamada Ley de Enmienda de la Ley de Educación Básica, aprobada por el Ejecutivo sudafricano el pasado septiembre pese al rechazo de la Alianza Democrática (DA), principal socio en el Gobierno de unidad nacional del histórico Congreso Nacional Africano (CNA).
Entre las provisiones de la ley criticadas por la DA, cuyo voto ha estado tradicionalmente asociado a la minoría blanca (7,70 % de la población), destaca la centralización por parte de las autoridades nacionales y provinciales de las decisiones sobre la admisión y la política lingüística de los colegios.
La comunidad afrikáner y el que fuera hasta las elecciones generales del pasado mayo el principal partido de la oposición temen que los centros de enseñanza exclusiva en su lengua se vean perjudicados.
Aunque el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, decidió en septiembre posponer durante tres meses la aplicación de las cláusulas de la ley criticadas por su socio de Gobierno, dijo que, en ausencia de un acuerdo, esos puntos se implementarían tras el plazo indicado.
Así, miles de personas se reunieron este martes en el emblemático monumento al Voortrekker, una estructura de granito que honra a los colonos de ascendencia neerlandesa que abandonaron la conocida como Colonia del Cabo para adentrarse en el interior del territorio de la actual Sudáfrica en el siglo XIX.
Sosteniendo pancartas con mensajes en afrikáans como "Mi cultura. Mi escuela" o "Dejad a nuestros hijos en paz", los manifestantes avanzaron hacia el Freedom Park (Parque de la Libertad) de Pretoria, en una marcha en la que también participó el líder de la DA y actual ministro de Agricultura, John Steenhuisen.
"La Constitución es clara: todo el mundo tiene el derecho a recibir una educación en la lengua oficial o las lenguas oficiales de su elección (...) La protección de la educación en la lengua materna es fundamental", afirmó Steenhuisen en un comunicado.
El conflicto alrededor de la BELA despertó de nuevo en los últimos meses el fantasma de la inestabilidad en Sudáfrica y dejó en evidencia la fragilidad del histórico Gobierno de unidad nacional, que integran once partidos, incluida la DA (centroderecha liberal).
Salpicado por casos de corrupción y desgastado por los problemas que afectan al país, como el elevado desempleo, la criminalidad o la escasez energética, el CNA no ha hecho más que perder apoyo durante los últimos años y, en los comicios generales de mayo, consiguió solo un 40,18 % de los votos, perdiendo la cómoda mayoría absoluta que mantenía desde 1994. EFE
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