(actualiza con declaraciones del presidente serbio Vucic)
Belgrado, 5 nov (EFE).- Unas 10.000 personas se manifestaron este martes en Novi Sad para exigir la dimisión de la cúpula del Estado de Serbia por el reciente derrumbe del techo de una estación de ferrocarril en esta ciudad en el que 14 personas murieron y tres resultaron heridas.
'Asesinos', 'Dimisiones' 'Banda de ladrones, los juzgará la calle', fueron algunos de los lemas que coreaban los manifestantes reunidos en el centro de la ciudad, informó la emisora regional N1.
La Policía impidió por la fuerza y con el uso de gases lacrimógenos que los manifestantes irrumpieran en el ayuntamiento de Novi Sad, la segunda ciudad de Serbia, con unos 300.000 habitantes, situada al norte de Belgrado.
Algunos manifestantes tiraron ladrillos contra una oficina del partido gobernante SNS en Novi Sad y pintura roja contra varios edificios públicos, simbolizando las víctimas mortales del accidente.
Otros manifestantes -encapuchados- lanzaron bengalas y petardos, rompieron puertas y ventanas del ayuntamiento con palos y orinaron contra las paredes.
El presidente serbio, el populista Aleksandar Vucic, acudió a Novi Sad durante la protesta y prometió en un discurso que los responsables de la tragedia serán juzgados y que el Estado serbio ayudará a las familias de las víctimas.
Además se dirigió a los violentos durante la protesta diciendo que con la violencia "no conseguirán nada en una Serbia moderna y decente".
La oposición y los manifestantes culpan a las autoridades locales del accidente, ya que la estación, construida originalmente en 1964, fue renovada en los años 2021 y 2024.
Consideran que el accidente se debe a la corrupción de las autoridades, con Vucic y el SNS al frente.
Por eso, exigen las dimisiones del primer ministro, Milos Vucevic, y del alcalde de Novi Sad, Milan Djuric, y la detención de los responsables directos de la reconstrucción de la estación, y amenazaron con marchar a Belgrado si sus reivindicaciones no se cumplen en el plazo de 48 horas. EFE