Islamabad, 5 nov (EFE).- Dos ciudadanos chinos resultaron heridos de bala este martes en el sur de Pakistán, tras una acalorada discusión con un guardia de seguridad de una fábrica, un incidente que se produce en medio de los llamados de Pekín a Islamabad para que garantice la seguridad de sus nacionales, tras un repunte de los ataques contra trabajadores chinos.
"Un guardia de seguridad abrió fuego contra ciudadanos chinos después de una acalorada discusión con ellos. Los dos ciudadanos chinos resultaron heridos", dijo a EFE Ahmed Ali, responsable de la jefatura de Policía del sur de la ciudad meridional de Karachi, en la que tuvo lugar el incidente.
El funcionario agregó que los dos heridos fueron trasladados al hospital para recibir tratamiento.
Este ataque ocurre una semana después de que el embajador de China en Pakistán, Jiang Zaidong, mostrase durante un acto su preocupación por las amenazas a la seguridad de los trabajadores y ciudadanos chinos que viven en Pakistán, tras varios ataques recientes.
Pakistán vive en los últimos años un repunte de la violencia armada, y varios de los ataques han tenido como principal objetivo a ciudadanos chinos que están contratados en varios proyectos de infraestructuras que Pekín mantiene en este país asiático.
El mes pasado, dos ciudadanos chinos murieron en un atentado suicida cerca del aeropuerto internacional de Karachi.
Además, el pasado marzo, un atentado suicida mató a cinco ingenieros chinos y un conductor paquistaní en el noroeste de Pakistán cuando se dirigían a una presa en construcción.
El primer ministro chino, Li Qiang, subrayó el mes pasado la importancia de la seguridad durante una reunión con su homólogo paquistaní, Shehbaz Sharif, en los márgenes de la 23ª reunión del Consejo de jefes de Gobierno de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que se celebró en Islamabad.
China cuenta actualmente con una amplia presencia de nacionales en Pakistán, que están contratados en varios proyectos vinculados al Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), de más de 60.000 millones de dólares.
Muchos de estos proyectos se desarrollan en el estado suroccidental de Baluchistán, donde actúan numerosos grupos insurgentes separatistas que acusan a Islamabad de explotar sus recursos naturales. EFE
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