París, 5 nov (EFE).- Francia confía en que se sumen nuevos apoyos internacionales a la posición marroquí de anexión del Sáhara Occidental, con la que se ha alineado, y que excluye la opción de la autodeterminación, como forma de solucionar un conflicto que se prolonga desde hace medio siglo.
Esta es la posición oficial francesa una semana después de la visita a Marruecos de su presidente, Emmanuel Macron, que ha abierto una nueva fase de cooperación bilateral entre los dos países tras varios años de malentendidos.
La visita de tres días de Macron terminó el pasado día 30, durante los que se suscribieron una cuarentena de acuerdos y en la que las empresas francesas lograron contratos por 10.000 millones de euros, para algunos de los cuales habían sido también candidatas compañías españolas.
La próxima gran cita de esta nueva fase en las relaciones franco-marroquíes será una reunión de alto nivel de los dos gobiernos en el primer semestre de 2025 antes de otra visita del rey de Marruecos a Francia dentro de alrededor de un año.
En ese periodo van a estar en funcionamiento diferentes instancias de diálogo y colaboración, como un grupo permanente dedicado a las cuestiones migratorias que abordará, entre otras cuestiones una particularmente espinosa como es la de las autorizaciones por Rabat de los marroquíes expulsados por Francia bien por estar en situación irregular o por cuestiones judiciales.
Todo esto viene propiciado por el giro dado por Macron en julio pasado, cuando en una carta a Mohamed VI dio su apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y el plan de autonomía presentado por Marruecos ante la ONU para ese territorio, administrado de facto por Rabat pero disputado por el Frente Polisario.
En su carta, el presidente francés afirmaba que el plan de autonomía de Marruecos para la ex colonia española es "la única base" posible para enterrar un conflicto que dura ya medio siglo, y que "el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí".
Después de eso, Francia ha anunciado que va a incrementar su presencia consular en el Sahara y Macron ha incitado a las empresas francesas a que inviertan en ese territorio en beneficio de la población local.
No obstante, el pasado 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la UE anuló los acuerdos comerciales de 2019 entre los Veintisiete y Marruecos en materia de productos agrícolas y pesca, por considerar que no se hicieron con el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental.
Las autoridades francesas son conscientes de que en ese dictamen la consideración del pueblo saharahui es un elemento importante, pero al mismo tiempo estiman que hay margen de interpretación jurídica para examinar cómo se aplica esa decisión y puede haber diferentes maneras de evaluar ese consentimiento.
En la práctica, su intención es que las iniciativas francesas que se dirijan a la antigua colonia española tengan como objetivo el desarrollo de la población y sean objeto de un examen caso por caso.
Pero sobre todo, sus esperanzas están puestas en el que ve como un creciente consenso internacional sobre la idoneidad del plan de autonomía marroquí como solución para el conflicto.
A ese respecto, París recuerda que la dinámica promarroquí no es únicamente francesa, sino que hay otros países de importancia que también se han manifestado en la misma dirección, como Estados Unidos, Alemania o España.
Eso ofrece una oportunidad para relanzar el proceso que permita resolver el conflicto. EFE