El Kremlin ha puesto en duda este martes el proceso electoral desarrollado en Moldavia y que ha permitido la reelección de la presidenta, Maia Sandu, ya que según Moscú las elecciones "no fueron democráticas ni justas".
El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha denunciado en una comparecencia ante los medios que "cientos de miles" de ciudadanos moldavos residentes en Rusia no tuvieron la oportunidad de votar, "a diferencia de quienes trabajan en países europeos", informa la agencia de noticias Interfax.
Peskov entiende que esta supuesta incongruencia y las "manipulaciones electorales" han condicionado el resultado y, por extensión, facilitado la victoria de Sandu, que aboga por un acercamiento de Moldavia a la UE y un alejamiento de Rusia.
Sandu se impuso en segunda vuelta con más del 55 por ciento de los votos, según los datos oficiales. Los observadores internacionales han dado por bueno el proceso y han denunciado intentos de injerencia exterior, un temor compartido también por parte de la comunidad internacional y del que el Gobierno de Rusia ha vuelto a desmarcarse este martes.