Seis presuntos "terroristas" han muerto durante la pasada noche en dos operaciones de las fuerzas de seguridad en el noroeste de Pakistán, según han informado las Fuerzas Armadas paquistaníes.
Los militares detectaron a un grupo de "terroristas" que "intentaban infiltrarse desde la frontera con Afganistán" en la zona de Jamrang, en el distrito de Waziristán del Sur, según recoge el comunicado militar.
Las fuerzas militares "intervinieron y frustraron el intento de infiltración". Cinco "terroristas" murieron y tres más resultaron heridos.
En un segundo incidente las fuerzas paquistaníes atacaron a "infieles" en la zona de Dosali, en el distrito de Waziristán del Norte, también en la provincia de Jíber Pajtunjua. "Nuestras tropas atacaron un lugar de los infieles en una operación en la que el infiel Ahmed Shah Intizar ha sido enviado al infierno", han señalado.
El comunicado militar destaca que Pakistán ha solicitado a las autoridades afganas a garantizar la seguridad de la frontera e impida el uso del suelo afgano por parte de milicianos que perpetran "actos terroristas contra Pakistán".
Solo entre julio y septiembre de 2024 han muerto 722 personas, incluidos civiles, y otras 615 han resultado heridas en un repunte de la violencia. La gran mayoría de estas muertes se concentran en las provincias de Jíber Pajtunjua y Baluchistán. En total, en lo que va de año se han contabilizado 1.534 muertes, una cifra que ya supera a la de los 1.523 fallecidos de todo 2023.
Las fuerzas de seguridad paquistaníes han llevado decenas de operaciones durante los últimos meses contra el grupo Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes y responsable de decenas de ataques contra las fuerzas de seguridad desde que diera por roto el alto el fuego en noviembre de 2022.
El grupo TTP, que difiere de los talibán afganos en asuntos organizativos pero sigue la misma interpretación rigorista del islam suní, aglutina a más de una docena de grupos de militantes islamistas que operan en Pakistán, donde han matado a unas 70.000 personas en dos décadas de violencia.