Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 2 nov (EFE).- En Ucrania crece la decepción por la lentitud en la ayuda de algunos de los aliados y su limitado apoyo frente la creciente participación de Corea del Norte en el conflicto con Rusia.
Si los aliados de Ucrania siguen haciendo la vista gorda ante la llegada de soldados norcoreanos a suelo europeo, la realidad puede “llamar dolorosamente a su puerta” en algún momento, subrayó el sábado Andri Yermak, jefe de la Oficina Presidencial de Volodimir Zelenski.
Su reacción se produjo tras el informe de la inteligencia militar de Ucrania sobre la llegada de 7.000 soldados del aliado asiático de Rusia a la frontera entre ambos países.
"Rusia no sólo está cruzando sus líneas rojas, está caminando sobre una alfombra roja. Una alfombra tejida a partir de respuestas débiles, esperanzas infundadas y complacencia", advirtió también a los aliados Sergi Kislitsia, Representante Permanente ante la ONU, en la reunión del Consejo de Seguridad de esta semana.
Apoyar el Plan de Victoria de Volodimir Zelenski sería la mejor respuesta a la creciente alianza entre Rusia y Corea del Norte, dijo a EFE el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento y diputado del partido gubernamental, Oleksandr Merezhko.
Sin embargo, al menos dos de sus elementos clave –invitar inmediatamente a Ucrania a unirse a la OTAN y permitirle atacar territorio ruso con misiles occidentales– han sido recibidas con escepticismo por Estados Unidos y Alemania, entre algunos otros aliados.
Hasta ahora sólo el 10% de los 60 mil millones de dólares de ayuda militar prometidos por Estados Unidos hace más de seis meses se han entregado a Ucrania, reveló el presidente Zelenski en una entrevista esta semana.
"La sensación de que, a pesar de todas las garantías, el apoyo a Ucrania está perdiendo importancia estratégica para los aliados es preocupante", dijo a EFE Taras, militar de la 24ª brigada de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Si bien la asistencia del exterior es crucial para las posibilidades de Ucrania para defenderse de Rusia, la constante falta de certeza sobre su futuro hace que la planificación militar sea complicada.
Los comandantes ucranianos se enfrentan constantemente al dilema de si pueden utilizar los proyectiles de artillería disponibles para repeler los ataques rusos y salvar más vidas de sus soldados ahora o usarlos con moderación en caso de que los nuevos envíos tarden más de lo esperado.
“Si estuviéramos seguros de que durante varios años recibiríamos el apoyo necesario, la situación cambiaría radicalmente”, subrayó Taras.
Los aliados pueden haber adquirido una falsa sensación de seguridad después de que Ucrania asestó algunos golpes duros a Rusia al comienzo de la invasión, sugiere.
El coste de apoyar a Ucrania ahora es mucho menor que el que sería si Rusia prevaleciera y se socavara la confianza en las promesas de Occidente, subraya.
La falta de certeza sobre el apoyo de los aliados está afectando la moral de las tropas, en medio del lento pero constante progreso de Rusia en partes de la línea del frente, subraya.
“Es muy importante para nosotros saber que no estamos solos en esta lucha”, dijo Taras.
“Sentimos el apoyo del exterior a través de la ayuda humanitaria y la financiación y estamos muy agradecidos”, explica a EFE Emilia Jutkovska, psicóloga de Jersón.
Sin embargo, cada vez más lugareños se están cansando y están perdiendo la fe en la victoria en medio de los intensificados ataques con aviones no tripulados y artillería rusos contra los civiles.
“Cada vez hay más personas que dudan de nuestra victoria porque los socios nos dan armas con retraso y no nos permiten usarlas donde las necesitamos”, acotó.
Según Jutkovska, los lugareños siguen luchando, pero tienen miedo de no poder liberar las zonas ocupadas por los rusos y de no volver a ver a sus familias que permanecen allí.
A pesar de sus problemas, Ucrania comparte los mismos valores de democracia y libertad de expresión que sus aliados, dice Taras.
“No me gustaría que este mundo se encogiera porque alguien tenga miedo de luchar por él”, subraya, señalando que Occidente no debe sobrestimar las capacidades de la alianza de países autoritarios. EFE
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