David Villafranca
Nueva York, 1 nov (EFE).- Los Brooklyn Nets del entrenador español Jordi Fernández se consolidaron este viernes como una de las revelaciones del inicio de temporada de la NBA tras vencer en casa a los Chicago Bulls por 120-112.
Claramente en un proceso de reconstrucción de la franquicia desde sus cimientos, los Nets partían este curso como un equipo destinado a transitar por los últimos puestos del Este.
Pero tras seis encuentros, los Nets (3-3) se han mostrado como un conjunto sorprendentemente competitivo y compacto, han ganado a rivales importantes como los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y los Memphis Grizzlies de Ja Morant y exprimieron a unos Denver Nuggets de Nikola Jokic que solo les pudieron someter en la prórroga.
Esta noche, los Nets sufrieron ante unos Bulls (3-3) que también han empezado muy bien y que acariciaron su tercera remontada seguida en tres encuentros.
Pero los de Jordi Fernández se mostraron más acertados en la recta final (10-3 en los últimos tres minutos y medio) y sellaron su segundo triunfo consecutivo.
Cam Thomas fue el héroe local con 32 puntos (10 en los últimos minutos) y un triplazo sensacional desde el logo central en el desenlace para certificar la victoria de los neoyorquinos.
Cam Johnson sumó 14 puntos y 6 rebotes y Ben Simmons también destacó rozando el triple-doble (8 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias). Cinco jugadores superaron los 10 puntos en unos Nets con un 52,1 % en tiros de campo y 66 puntos en la pintura (40 de sus rivales).
Por los Bulls, Nikola Vucevic (28 puntos y 11 rebotes), Zach LaVine (21 puntos), Coby White (21 puntos) y Josh Giddey (11 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias) fueron los mejores.
El primer cuarto de los Nets no pudo ser más prometedor.
Ataques rápidos y muy efectivos (59,3 % en tiros de campo), buenas ayudas defensivas, superioridad en el rebote, un +11 cuando no se habían jugado ni ocho minutos, 20 puntos en la pintura y, ante todo, un Thomas que arrancó a tope de revoluciones con 13 puntos en el primer periodo.
Lo único que le falló a Brooklyn fue la defensa exterior y por ahí se coló Chicago, con un 6 de 13 en triples para corregir sus 5 pérdidas de balón. Con todo, el 37-30 camino del segundo cuarto fue un mal menor para unos Bulls inferiores.
Ni con sus titulares ni con sus suplentes consiguieron alterar el guion del encuentro los de Billy Donovan. Al contrario, la defensa de los Bulls era un drama y los Nets siguieron anotando con extrema facilidad y sumando efectivos a su ofensiva.
Ahí apareció por ejemplo Keon Johnson, impactante en ese cuarto con 12 puntos (perfecto 5 de 5 en tiros) en solo cinco minutos saliendo desde el banquillo.
Los Nets llegaron a disfrutar de un +17, pero los Bulls se resistían a dejarse ir. Cargando mucho desde el triple (enorme 14 de 25 al descanso), los visitantes cerraron la primera mitad abajo por 68-60 pero con todavía mucho que decir.
Thomas (19 puntos) fue el faro de unos Nets con un 60,4 % en tiros y LaVine (17) guió a los Bulls.
Vucevic se creció en Chicago tras el intermedio. El pívot montenegrino sacó el mazo en la zona con 9 puntos en un visto y no visto y los Bulls empataron el marcador con un mundo por delante (78-78 a falta de 5.59).
La precisión y explosividad de los Nets fue cayendo, tanto por mérito de la defensa rival como por fallos propios.
Al menos evitaron irse al último cuarto por debajo, pero enfrente los Bulls, con 14 puntos de Vucevic en ese capítulo, acariciaban ya otra remontada (92-90).
Un triple de White le dio a Chicago la primera ventaja desde el inicio del partido. El acierto de los Bulls se mantenía en alto mientras que los Nets se estaban quedando sin dinamita pese a que Simmons hacía todo lo posible por seguir asistiendo a sus compañeros.
Brooklyn reaccionó con un parcial de 10-0 pero Chicago lo devolvió con un 2-8 que dejaba todo en tablas a falta de cinco minutos (106-106).
Al final fue Thomas el ejecutor. El 24 de Brooklyn había pasado muy desapercibido en la segunda mitad pero reapareció con 10 puntos en el tramo clave, incluido un triplazo pisando el logo, para sentenciar el triunfo de unos Nets que continúan sonriendo. EFE