Yuba, 1 nov (EFE).- Al menos 24 refugiados sudaneses murieron por la hambruna y la falta de la atención médica en un campo de refugiados, situado en el norte de Sudán del Sur el pasado mes de octubre, mientras las autoridades piden una intervención urgente de las organizaciones humanitarias para ayudar a los afectados de la guerra en Sudán, que se prolonga desde abril de 2023.
"Unos 24 refugiados sudaneses murieron en el campo de Woodwell (norte), la mayoría de los cuales son personas mayores, niños y mujeres, debido a la gran escasez de alimentos y las dificultades de prestar los servicios médicos", aseguró a EFE el encargado de los Asuntos de Refugiados en el gobierno del Estado de Bahr el Gazal del Norte, Nekademos Ngurt Thieb.
Además, destacó que el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas se comprometió a cubrir sólo el 50 por ciento de las necesidades alimentarias, que "no es suficiente" y solicitó a las organizaciones humanitarias que proporcionen comida y trabajos a estos refugiados.
"Algunos de ellos intentaron dedicarse a la agricultura, pero no lo lograron debido a las inundaciones", lamentó Thieb.
Por su parte, el jefe del Comité del campo Woodwell para refugiados sudaneses, afirmó que el único centro de atención sanitaria dentro del campo está ahora repletado por un gran número de pacientes, especialmente niños, ancianos y mujeres embarazadas, "todos los cuales padecen enfermedades del malnutrición".
Unos 13.000 refugiados sudaneses se encuentran ahora en el campo Woodwell, procedentes de los estados de Darfur, vecinos de Sudán del Sur, como consecuencia de la guerra que se desarrolla en sus zonas entre el Ejército sudanés y la milicia de las Fuerzas de Apoyo Rápido. EFE