El Gobierno de Israel ha decidido prorrogar finalmente solo un mes la correspondencia con los bancos palestinos entre los temores a una ruptura de relaciones que podría haber desembocado en el colapso total del sistema financiero palestino.
La correspondencia es, en términos prácticos, una autorización a los bancos israelíes para hacer operaciones con los bancos de Cisjordania en ámbitos de tanta importancia como el fiscal, ya que Israel ejerce como recaudador de impuestos para la Autoridad Palestina.
El ministro de Finanzas israelí y ultranacionalista declarado, Bezalel Smotrich, está convencido de que los bancos palestinos funcionan como lavadoras de dinero para las milicias, de ahí que haya amenazado en varias ocasiones con permitir que expire el acuerdo.
Desde el Gobierno israelí explican a 'The Times of Israel' que esta prórroga de un mes permite al ministro mantener abiertas sus opciones en función de quién gane las elecciones presidenciales en Estados Unidos la próxima semana.
La Casa Blanca, que el pasado fin de semana ya pidió junto a la Unión Europea y Reino Unido la extensión de esta correspondencia, ha criticado el modo en que finalmente ha ocurrido y tanto el secretario de Estado, Antony Blinken, y como la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, lamentan que "la duración tan corta de esta extensión vaticina crea otra crisis inminente para el 30 de noviembre".
Estas cuatro semanas, apuntan, "exacerbarán la incertidumbre para los bancos internacionales, las empresas israelíes que operan en Cisjordania y, lo más importante, para los palestinos comunes y corrientes que soportan el mayor peso de la misma".
Dada esta situación, Blinken y Yellen han recomendado a Smotrich que a finales de este mes comunique una ampliación adicional de 12 meses, un año entero, para intentar al menos despejar dudas en el ámbito económico y, en una llamada de atención al ministro de Finanzas, que cualquier futuro aviso del Gobierno israelí en este ámbito tenga una intención "transparente y apolítica".