El presidente de Botsuana, Mokgweetsi Masisi, ha reconocido este viernes la derrota de su partido en las elecciones parlamentarias y ha felicitado al ganador el opositor Duma Boko, tras un duro varapalo en las urnas que implica el fin del dominio del Partido Democrático de Botsuana (PDB), al frente del país desde su independencia en 1966.
Masisi ha realizado una comparecencia ante la prensa antes de que se anuncien los resultados oficiales, después de que el recuento provisional apuntara a una victoria de la coalición opositora Paraguas para el Cambio Democrático (UDC) y concediera únicamente uno de los escaños al PDB del mandatario.
"Las pruebas son aplastantes. Hemos perdido estas elecciones de forma masiva", ha manifestado el presidente. "Tenemos que aceptarlo y generar espacio para que los nuevos líderes electos tengan su oportunidad, respetarlos y apoyarlos para que puedan tener éxito", ha explicado Masisi.
Así, ha hecho hincapié en que ha telefoneado ya al líder de la UDC, Duma Boko, para felicitarle y ha asegurado que llevará a cabo un traspaso de poderes antes de que tome posesión de su cargo. "Seguiré sirviendo a los intereses de mi querida Botsuana, en el marco de nuestra Constitución", ha añadido.
En este sentido, ha pedido a los trabajadores públicos que "mantengna la calma" y "apoyen al nuevo Gobierno". "El servicio público es apolítico y sirve al Gobierno en vigor. Espero que todos se centren y se muestren dispuestos a aceptar instrucciones y seguir las órdenes de la nueva Administración", ha argumentado.
Por otra parte, ha defendido su gestión y ha asegurado que se va del poder "con las manos limpias". "Si alguien tiene pruebas de algo, que me lleve a los tribunales. Ahora es el momento, ya que nuestra Constitución contempla que la protección del presidente es temporal", ha manifestado.
"Si alguien halla algo, me someteré al mandato de la ley y, si soy culpable y soy condenado, cumpliré mi pena", ha sostenido Masisi, quien ha bromeado además con que aún no ha empezado a recoger sus cosas en el Palacio Presidencial debido a que "no esperaba" esta derrota en las urnas. "No he metido ni un zapato en la maleta, porque no me lo esperaba", ha zanjado.
Los partidos de la oposición ya tienen la mayoría de escaños --el umbral es de 31-- en el Parlamento, puesto que UDC ha conseguido por el momento más de una veintena de escaños, el Partido del Congreso de Botsuana (BCP) se ha hecho con ocho diputados y el Frente Patriótico de Botsuana (BPF) ha logrado cuatro.
El BDP, liderado por Masisi, ha dominado la política botsuana desde que el país obtuvo la independencia de Reino Unido en 1966, si bien en esta ocasión se presentó a las urnas tras años de tensiones entre Masisi y su predecesor en el cargo, Ian Khama, y ante un empeoramiento de la situación económica debido a la caída de la venta de diamantes, principal fuente de ingresos de su economía.
El mandatario concurría como aspirante a un segundo y último mandato, mientras que su principal rival volvía a ser Boko, un abogado de 54 años que se presentaba por tercera vez a las elecciones al frente de la UDC y quien ha puesto nuevamente la economía en el centro de su campaña electoral.
Otros candidatos son Dumelang Saleshando, quien vuelve a concurrir al frente del BCP --al frente del cual reemplazó en 2010 a su padre, Gilson Saleshando--, y Mephato Reatile, líder del BPF, respaldado por Khama, quien regresó recientemente al país tras un exilio autoimpuesto tras ser imputado en varios casos.
Botsuana, uno de los países más pobres del mundo tras su independencia, pasó a convertirse en una de las economías con un crecimiento más rápido después de la misma, en parte debido al impacto del comercio de diamantes, la estabilidad a nivel político y su reducida población --de unos 2,5 millones de habitantes--, según detalla el Banco Mundial.
Sin embargo, las ventas en el comercio internacional de diamantes han caído durante los últimos años, lo que ha provocado críticas por el impacto sobre la economía y la falta de esfuerzos por parte del BDP para diversificarla durante sus cerca de seis décadas al frente del país, marcado además por una elevada tasa de paro estructural, situada en torno al 28 por ciento, está haciendo frente además a un aumento de los shocks climáticos.