Viena, 31 oct (EFE).- El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, y Herbert Kickl, jefe del partido de extrema derecha austríaco FPÖ, reafirmaron este jueves, en una declaración conjunta, su voluntad de cooperar para reformar a la UE con el fin de rebajar el poder de la Comisión Europea (CE).
En una reunión en el Parlamento austríaco celebrada este jueves, un mes después de que el FPÖ triunfara en las legislativas austríacas con casi el 29 % de los votos, ambos líderes plasmaron en el documento los objetivos que comparten.
En la llamada 'Declaración de Viena', se congratulan de haber fundado juntos, tras las elecciones europeas de junio pasado, el grupo 'Patriotas por Europa' en la Eurocámara, integrado también por otras formaciones de orientación similar, como el español Vox, la Agrupación Nacional francesa o la Liga italiana.
Enfatizan que dieron ese paso "conscientes de la especial responsabilidad del carácter occidental" del Viejo Continente y expresan su confianza en que los partidos ultranacionalistas y de extrema derecha seguirán aumentando su poder, con el cual aspiran a "reformar" la Unión Europea (UE).
Esas reformas no deben "promover el centralismo y fortalecer cada vez más las instituciones" comunitarias, sino que, por el contrario, "Bruselas debería perder su importancia política", afirman en la declaración, difundida íntegra por la agencia local APA.
Abogan por fortalecer "la democracia directa y el parlamentarismo" a nivel nacional, al tiempo que reiteran otras de sus ya conocidas posturas, como el rechazo categórico a la inmigración, así como a la política de identidad de género y al matrimonio homosexual.
"Nos oponemos claramente al hecho de que, además de mujeres y hombres, debería haber una cantidad absurda de otros géneros y que los niños podrían perder su identidad de género a una edad muy temprana debido a experimentos educativos de izquierda", dicen.
En el encuentro de Orbán y Kickl participó también el presidente de la Cámara baja del Parlamento de Austria, Walter Rosenkranz, del partido FPÖ y elegido recientemente para ese puesto como consecuencia de la victoria de los ultras.
Orbán viajó a Viena en visita privada para participar esta tarde en un coloquio junto al excanciller alemán Gerhard Schröder (considerado amigo del presidente ruso, Vladímir Putin), organizado por un semanario suizo ultraconservador.
El líder del opositor Partido Socialdemócrata (SPÖ), Andreas Babler, criticó la visita del mandatario húngaro y dijo que Rosenkranz "no está a la altura" de su cargo.
"Cualquiera que tenga a Orbán como modelo a seguir está perjudicando al país", declaró.
El jefe del partido ecologista Los Verdes, Werner Kogler, advirtió de que el recibimiento a Orbán por parte de Rosenkranz manda "una señal fatal".
A su llegada al Parlamento, Orbán fue recibido con abucheos por un pequeño grupo de manifestantes que mostraban una pancarta con el lema 'Fuera del Parlamento los antidemócratas'.
A pesar de ser el líder del partido más votado en Austria, Kickl no ha recibido el encargo presidencial de formar el nuevo Gobierno, como ha sido hasta ahora la tradición, debido a la negativa de las otras cuatro fuerzas parlamentarias a aliarse con su FPÖ.
El canciller en funciones y jefe del conservador ÖVP, Karl Nehammer, intenta actualmente negociar con Babler un pacto de coalición con el SPÖ, la tercera fuerza política en Austria. EFE
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