Túnez, 31 oct (EFE).- La economía tunecina crecerá un 1,6% en 2024 frente al 0,3% registrado el ejercicio anterior, una tasa "insuficiente para superar los diversos desafíos pero respetable", defendió este jueves el ministro de Economía, Samir Abdelhafidh, ante el nuevo Consejo Nacional de Regiones y Distritos (CNRD).
El motivo de esta tasa "modesta", explicó, se debe a las consecuencias de la pandemia que arrastra el país, así como a las tensiones regionales e internacionales, que han provocado el encarecimiento de los precios de la energía, las materias primas y los productos básicos.
El responsable insistió en los esfuerzos del Gobierno para controlar la inflación, que se situó el pasado mes de septiembre en el 6,7% frente al 9% del mismo período del año pasado. A finales de 2022, la inflación alcanzó el 9,8 %, la tasa más alta de las últimas tres décadas, y desde entonces la caída ha sido paulatina.
Asimismo, adelantó que su departamento dará a conocer la estrategia nacional para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas a finales del primer trimestre y previamente se organizará un encuentro en noviembre para discutir los ejes principales, que incluyen medidas para mejorar el clima empresarial y luchar contra la economía rentista.
En este sentido, destacó la labor de las instituciones públicas que tratan de impulsar las inversiones en el país, entre ellas la Autoridad Tunecina de Inversiones, la Agencia Tunecina para la Promoción de las Inversiones Extranjeras (FIPA) y el Fondo Tunecino de Inversiones.
En su último informe semestral, el Banco Mundial (BM) revisó a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB hasta el 1,2% en 2024, frente al 2,4% anunciado en abril, mientras prevé el 2,2% para 2025.
Túnez arrastra una deuda pública del 82% del PIB, con préstamos exteriores que alcanzan los 2.700 millones de euros y que el Ejecutivo pretende reembolsar a través de bonos del Estado financiados "excepcionalmente" por el Banco Central sin intereses y con la posibilidad de reembolsar en diez años.
Después de alcanzar un acuerdo inicial con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales de 2022 para un crédito de 1.900 millones de dólares, el presidente Kais Said lo rechazó por temor a protestas sociales ante medidas impopulares como la retirada de subvenciones, la privatización de algunas empresas públicas o limitar el número de funcionarios.
Said, que se arrogó plenos poderes en 2021 para "preservar la paz social", fue reelegido el pasado mes de octubre con el 90% de los votos- y una abstención del 72%- para un segundo mandato de cinco años. EFE