Jerusalén, 31 oct (EFE).- El Ejército israelí justificó su ataque contra la delegación internacional en la que iban este martes la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el eurodiputado español Jaume Asens, junto a un grupo de agricultores palestinos a los que acompañaron a recoger aceitunas en unas plantaciones en Cisjordania ocupada.
El Ejército asegura que durante la mañana del martes llegaron decenas de personas a recoger aceitunas a la zona de "la Brigada Regional de Samaria," a la que solo se puede acceder para tareas de recolección "con coordinación previa con los funcionarios de seguridad".
Colau se encontraba recogiendo aceitunas en la localidad de Qusra, que está bajo control militar israelí. La mitad del poblado se encuentra en la conocida como Zona B (gobernada por la Autoridad Nacional Palestina pero cuya seguridad depende de Israel) y la otra mitad en la Zona C, completamente administrada por Israel.
"Tras conversaciones entre la Administración Civil y las autoridades palestinas, las personas abandonaron la zona", explica un portavoz del Ejército a EFE, agregando que varias horas después se produjo otra concentración de personas, algunas de las cuales "iban enmascaradas" y también llegaron "sin aviso previo".
"Se les pidió que se marcharan una vez más. Las fuerzas de la zona respondieron con medidas para dispersar los disturbios", indica el Ejército.
Asens en sus redes sociales denunció que el Ejército disparó balas ensordecedores y gas lacrimógeno contra los campesinos y contra la delegación internacional "sin mediar palabra".
"Pensábamos que nuestra presencia podría ser disuasoria, pero no ha sido así", dijo Asens.
Colau y Asens llegaron este lunes a Cisjordania como parte de una misión internacional "para observar las violaciones sistemáticas de las leyes internacionales y pedir el fin del genocidio", según informaron en un comunicado.
La delegación había sido coordinada por la Internacional Progresista, el Gremio Nacional de Abogados de Estados Unidos y la Asociación Internacional de Abogados Democráticos e incorporaba también a otro eurodiputado, el belga Marc Botenga, además de a expertos legales y defensores de derechos humanos. EFE