Berlín, 31 oct (EFE).- Las acusaciones de que los funcionarios de prisiones de la cárcel de Augsburg-Gablingen, en el sur de Alemania, han maltratado de forma sistemática a los presos allí internados han desatado un escándalo en el estado federado de Baviera y críticas a la presunta inacción de las autoridades.
El ministro de Justicia bávaro, Georg Eisenreich, admitió este jueves que las alegaciones son "graves" y anunció el cese inmediato de la directora del centro penitenciario, así como la creación de un grupo de trabajo en el Gobierno regional para esclarecer lo sucedido.
"En un Estado de derecho no pueden producirse ataques violentos contra presos y estos no pueden ser encerrados de forma contraria a derecho en celdas especialmente aseguradas", declaró, después de que las acusaciones salieran a la luz pública este fin de semana.
La Fiscalía de Augsburg comunicó este jueves que está investigando a diez funcionarios, entre ellos la vicedirectora de la prisión, por posibles delitos de lesiones cometidas en acto de servicio y de agresión violenta.
Las críticas al Gobierno regional, liderado por los conservadores bávaros, han ido en aumento al conocerse que el Ministerio de Justicia del 'land' ya había sido informado hace un año de las alegaciones sin que se tomaran medidas para esclarecer los hechos.
Sin embargo, Eisenreich ha negado que él personalmente tuviera conocimiento de las acusaciones, formuladas entonces por una médica de la prisión.
A éstas se sumaron más tarde quejas a nivel interno y una denuncia anónima, según han publicado esta semana los medios alemanes, entre ellos la cadena estatal regional 'Bayerischer Rundfunk' y el diario 'Süddeutsche Zeitung'.
Según estos, los presos eran encerrados en ocasiones en celdas de aislamiento, completamente desnudos, sin colchones ni mantas, y a veces permanecían en oscuridad absoluta durante días sin apenas comida o agua, todo ello sin haber cometido ninguna falta.
Antiguos presos también han denunciado haber recibido palizas por parte de los funcionarios de prisiones, incluso cuando se hallaban inmovilizados y atados de pies y manos.
La antigua médica de la prisión, así como las abogadas de dos de las presuntas víctimas, ha calificado estas condiciones de "tortura", mientras que los letrados de la dirección del centro penitenciario rechazan todas las acusaciones.
La prisión de Augsburg-Gablingen abrió en 2015. EFE