Río de Janeiro, 30 oct (EFE).- El expolicía Ronnie Lessa, asesino confeso de la concejala Marielle Franco, declaró este miércoles ante la juez que mató a la política porque los autores intelectuales consideraban que ella podía ser un obstáculo para la venta de terrenos en un negocio inmobiliario.
Lessa dijo en el primer día de juicio que los mandantes del asesinato creían que la concejala de Río de Janeiro iba a ser una "piedra en el camino" para vender terrenos ligados a la milicia, los grupos paramilitares que controlan áreas del extrarradio de la ciudad brasileña.
El expolicía, que está en prisión desde 2019, aseguró por videoconferencia que, antes de recibir el encargo, él no conocía a Franco ni había oído hablar de ella.
Al mismo tiempo, Lessa aseguró que el objetivo original del atentado era Marcelo Freixo, otro concejal izquierdista, pero que él lo consideró "inviable" y una "locura" por tratarse de un político bastante conocido en la ciudad.
Franco fue asesinada a tiros el 14 de marzo de 2018 junto con Anderson Gomes, el conductor del vehículo en el que viajaba, luego de participar en un acto político en el centro de Río de Janeiro.
El expolicía dijo que su intención no era matar a Gomes, pero que la pistola que usó no era el arma "adecuada" para el crimen.
Antes de la declaración de Lessa, la asesora de la concejala González Chaves, que también se encontraba en el vehículo pero sobrevivió, narró sus recuerdos de aquel día y apuntó al impacto que tuvo sobre su vida, al verse forzada a mudarse a Madrid.
"No había cómo tener una vida normal después de ese episodio", dijo en la audiencia.
Lessa responde por los delitos de doble homicidio tres veces calificado, intento de homicidio y receptación del vehículo robado utilizado en el crimen y se enfrenta a penas que pueden llegar hasta los 84 años de prisión, como pide la Fiscalía.
Mujer, negra, lesbiana y nacida en una favela, Franco se destacó por ser una enérgica defensora de los derechos humanos de los más necesitados y por combatir a los grupos mafiosos que dominan las emprobrecidas comunidades de Río.EFE