Madrid, 30 oct (EFE).- "Temimos un tsunami, había olas de otro mundo", recuerda este miércoles la colombiana Lorena Fuentes, que llegó a Valencia hace dos años y nunca había vivido un temporal como el que azotó esta madrugada la región y que provocó al menos 70 muertos.
Lorena, que trabaja en un restaurante colombiano de Valencia, recibió la alerta a última hora del martes y se dirigió a su casa, frente a la popular playa de la Malvarrosa.
"Ya había empezado el temporal. El viento estaba terrible. Azotaba las ventanas y el mar se escuchaba horrible. Pensamos que podía haber un tsunami", relata en una conversación telefónica con EFE.
"Había olas de otro mundo", continúa esta colombiana originaria de Cartagena de Indias, que tiene dos hijos pequeños que este miércoles no pudieron acudir al colegio.
"Por fortuna estamos bien", celebra Lorena, que no podía imaginar un temporal semejante, con un saldo provisional de 70 muertos, barrios anegados, cientos de vehículos arrastrados y, según los informes provisionales, dos ciudadanos colombianos y una boliviana todavía desaparecidos.
La comunidad latinoamericana tiene una notable presencia en las zonas de España afectadas, en especial en la región de Valencia, donde según datos oficiales residen más de 34.000 colombianos, unos 19.000 venezolanos y cerca de 12.000 hondureños, entre otros.
Nicole, también colombiana, no logró llegar hoy a su trabajo en Valencia. El temporal inundó las calles de su pueblo, Xirivella, en el área metropolitana de la capital, una de las zonas más castigadas.
Vive en un piso alto y su casa no sufrió daños, pero desde su ventana vio a los vecinos de las plantas bajas salir del edificio de madrugada buscando lugares seguros para evitar la crecida del río, algunos de ellos ancianos o con problemas de movilidad que tuvieron que autoevacuarse sin ayuda.
Su compatriota Don Jon contempló impotente en la noche del martes en Alginet cómo la riada se llevaba su moto.
"Por fortuna estamos todos bien -relató-. Mi familia y yo vivimos en un segundo piso y hasta aquí no ha llegado el agua, pero he perdido la moto, que es mi herramienta de trabajo y, como no tengo papeles, no tengo derecho a ninguna ayuda".
Con las comunicaciones caídas, amigos y familiares de afectados han recurrido a las redes sociales para buscarlos.
Es el caso de Janine, una joven boliviana embarazada de ocho meses, que desapareció de la zona de Ribarroja -una de las más castigadas-.
"Dicen que han encontrado su coche", explica a EFE su amiga Noemí, también boliviana. "Estamos preguntando en redes sociales porque parece que están encontrando a mucha gente así", continúa.
También a través de las redes sociales se busca a un ciudadano hondureño desaparecido, aunque Withney Godoy, la cónsul de Honduras en Valencia, apunta a EFE que ha recibido llamadas de una treintena de familiares de compatriotas que no han sido localizados.
Los cortes de luz y las caídas en la red de telefonía complican las tareas de búsqueda y Godoy puntualiza que aún no es posible sumar estas consultas a la lista de personas desaparecidas.
Valencia vivió en las últimas horas la peor tormenta del siglo en el territorio. Coches amontonados, calles anegadas de fango, cortes de carretera y ferrocarril, casas destrozadas... un paisaje desolador que castiga especialmente a la comarca agrícola de l'Horta Sud -al suroeste de la capital valenciana-, donde todavía quedan vecinos incomunicados.
Muchos tampoco tienen todavía agua potable ni luz y se muestran temerosos ante la posibilidad de que haya una crecida de ríos o barrancos que provoque de nuevo inundaciones.
La prioridad en estos momentos es rescatar a las personas que quedan atrapadas y localizar a las víctimas de esta tragedia, la peor gota fría de este siglo XXI que sufre la zona. EFE
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