María Angélica Troncoso
Río de Janeiro, 30 oct (EFE).- La familia de Marielle Franco pidió este miércoles, en Río de Janeiro, justicia por el asesinato de la concejala y activista brasileña durante el primer día del juicio a los expolicías Ronnie Lessa y Élcio Queiroz, acusados de ser los autores materiales del crimen.
"Justicia sería que mi madre estuviera aquí", dijo entre lágrimas y con la voz entrecortada Luyara Santos, al recordar a su madre.
Franco fue asesinada a tiros el 14 de marzo de 2018 junto con Anderson Gomes, el conductor del vehículo en el que se trasladaba, luego de participar en un acto político en el centro de Río.
En medio de girasoles y pancartas y vistiendo camisetas que decían "Justicia por Marielle y Anderson", el acto, realizado antes del inicio del juicio, también pidió justicia por otras personas "negras, pobres y de favela" víctimas de crímenes que permanecen impunes.
La audiencia revivió en toda la familia el mismo dolor que tuvieron cuando supieron de la muerte de Marielle.
"La sensación que tengo es que estoy viviendo ese dolor", dijo Marinete da Silva, la madre de quien defendió a capa y espada los derechos de los más necesitados en Río.
En el acto también participaron el padre, Antônio Francisco da Silva Neto, y la hermana, Anielle Franco, actual ministra de Igualdad Racial del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien recordó que muchas familias como la suya pasan por el mismo dolor.
La familia estuvo acompañada por decenas de personas que se dieron cita frente al tribunal donde se realiza la audiencia, cargados con carteles, panfletos y broches.
El juicio contra los expolicías acusados de ser los autores materiales comenzó hacia las 11:00 hora local (14:00 GMT), dos horas después de lo previsto, con el testimonio de Fernanda González Chaves, única sobreviviente del atentado y la principal testigo.
La entonces asesora de Franco, por seguridad, tuvo que salir rumbo a Madrid con su familia tras el atentado y no pudo ni siquiera estar en el funeral de la que además de su jefa era su amiga.
"No había cómo tener una vida normal después de ese episodio", dijo durante su declaración en la audiencia.
La exasesora también narró lo ocurrido en la noche del crimen.
Según la testigo, iban charlando de cosas del trabajo y minutos después, dijo, oyó una ráfaga y en un acto reflejo se agachó y sintió que, aunque el carro había sido impactado, seguía en movimiento.
"Marielle estaba inmóvil y su cuerpo cayó encima de mí", añadió.
El juicio está previsto que termine el jueves y se lleva a cabo en la sala cuarta de un tribunal de Río, con siete jurados -cinco hombres y dos mujeres- que fueron elegidos entre un grupo de 21 y que decidirán la suerte de Lessa y Queiroz, presos desde 2019.
Los acusados responden por los delitos de doble homicidio tres veces calificado, intento de homicidio y receptación del vehículo robado utilizado en el crimen y se enfrentan a penas que pueden llegar hasta los 84 años de prisión para cada uno, como pide la Fiscalía.
Por otro lado, están acusados de ser los autores intelectuales el diputado federal José 'Chiquinho' Brazão -que era concejal en la misma época de Franco-, su hermano Domingos Brazão, funcionario del Tribunal de Cuentas de Río de Janeiro, y el exjefe de la Policía Civil de Río Rivaldo Barbosa.
Los tres están denunciados tras la confesión de Lessa, en el marco de un acuerdo de cooperación judicial, y serán juzgados por la Corte Suprema en una fecha aún por concretar.
Mujer, negra, lesbiana y nacida en una favela, Franco, también se destacó por combatir a los grupos mafiosos que dominan las empobrecidas comunidades de Río.
El atentado contra la concejala del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que para entonces tenía 38 años, tuvo una clara connotación política que solo empezó a dilucidarse a comienzos de 2023, cuando las investigaciones pasaron al Supremo, en Brasilia, tras cinco años prácticamente paralizadas en Río. EFE
(foto) (video)