Redacción Internacional, 30 oct (EFE).- El candidato republicano a las elecciones de EE.UU., Donald Trump, ha usado la desinformación a su favor como él mismo ha llegado a reconocer, pero también ha sido objeto de falsedades, desde las que afirman que los achaques de la edad (78 años) le incapacitan para gobernar hasta las que cuestionan que el atentado en el que resultó herido de bala en julio pasado fuera real.
En unos comicios que se plantean como los más reñidos del último siglo en el país, perfiles en redes sociales tratan de diezmar el apoyo a un candidato u otro con distintas estrategias desinformadoras para encumbrar a su favorito a la Casa Blanca, aunque las campañas de información falsa contra el magnate han sido mucho menos potentes, en caudal y en forma, que las que apuntan a los demócratas.
“Mostrar a Trump cómo se ve sin las capas de maquillaje y el pelo postizo que se aplica para ocultar su edad”, demanda un usuario en la red social X, que adjunta una foto que muestra al republicano canoso y con la piel muy envejecida para presentarle como una persona demasiado mayor para ejercer la presidencia de la primera economía del mundo.
Sin embargo, la imagen, que acumula más de 100.000 reproducciones en la red social X, está manipulada para mostrar a Trump más envejecido, tal y como demuestra una comparativa con la fotografía original.
No es el único mensaje en este sentido que ha circulado en los últimos meses en redes sociales. Una reciente entrevista con la cadena Fox generó múltiples contenidos en distintos idiomas que aseguraban falsamente que el republicano tuvo que sentarse sobre una toalla para evitar manchar el sillón en caso de un accidente por incontinencia.
Antes que Trump, el presidente de EE.UU., el demócrata Joe Biden, fue también víctima de falsedades similares que cuestionaban su estado de salud con grabaciones en las que presuntamente se le veía “desorientado” o con la atribución de medidas y afirmaciones absurdas, una narrativa que los republicanos amplificaron a lo largo de los cuatro años de su mandato.
Los dos intentos de magnicidio contra Trump también han marcado esta turbulenta campaña electoral y el discurso de algunos desinformadores, que alimentaron las sospechas de que estos episodios en realidad fueran una farsa fabricada por los republicanos para ganar votos.
Poco después del primero de los ataques, en el que resultó herido de bala el pasado 13 de julio, Trump reapareció en la Convención Nacional Republicana con su oreja derecha vendada, pero perfiles en redes sociales hicieron circular una antigua imagen del candidato tomada en un mitin de 2022 para señalar que, en realidad, no había sufrido ningún daño.
Publicaciones similares se detectaron en relación con el segundo intento de atentado que ocurrió el 16 de septiembre en el campo de Golf de West Palm Beach, Florida.
Pese a la proliferación de estas narrativas, la mayoría de la desinformación que generaron estos episodios tenía como objetivo atacar al Ejecutivo de Biden y a algunos colectivos que suelen estar en la diana de los republicanos.
Según The New York Times, solo cuatro minutos después de informarse que una bala había alcanzado al magnate en un mitin de Butler (Pensilvania), un perfil anónimo acusó a los “antifa (antifascistas) de Joe Biden” de haber disparado al “presidente Trump”.
Sus seguidores también viralizaron contenidos engañosos que cuestionaban la actuación de las mujeres del Servicio Secreto del republicano, acusaban a una persona trans de ser el presunto autor de los hechos o afirmaban que los francotiradores tenían órdenes de no abatir al atacante. Todas estas afirmaciones fueron desmentidas por diversos verificadores, entre ellos EFE Verifica.
En las últimas semanas, han proliferado contenidos que tratan de evidenciar los vínculos que unen a Trump y sus epígonos con postulados nazis, una narrativa alineada con la estrategia de los demócratas de subrayar el supuesto peligro que supondría para la democracia estadounidense un segundo mandato del republicano.
Fue el caso de una fotografía manipulada en la que se ve a la activista Laura Loomer, una conocida conspiracionista y fehaciente seguidora de Trump, con una camiseta en la que se lee “Hitler no hizo nada malo”.
Pocos días después, se difundió una falsa captura de un artículo de la revista The Atlantic con un titular que decía “Trump is Literally Hitler” (“Trump es literalmente Hitler”, en español) y con una imagen que comparaba al expresidente estadounidense con el dictador alemán.
Curiosamente, la desinformación fue compartida en X por el magnate Elon Musk, quien hace campaña por Trump, como una denuncia de la supuesta parcialidad de los medios de comunicación en favor de Kamala Harris. EFE