JP Morgan Asset Management (AM) ha publicado este miércoles su informe de proyecciones de rentabilidad a largo plazo y del que se extrae que, en los próximos 10 a 15 años, las acciones europeas sean el mejor activo de renta variable a largo plazo a razón de un rendimiento anual del 7,3% en euros.
En paralelo, la gestora estadounidense de activos ha recogido en su '2025 Long-Term Capital Market Assumptions' las previsiones de que las grandes acciones estadounidenses ofrezcan rentabilidades de un 5,5% (tres décimas menos respecto a la edición del pasado año), en tanto que las británicas renten un 6,6% y las de mercados emergentes un 6%.
En lo referente a la renta fija, JP Morgan AM espera que la deuda europea consiga batir a su vez a la estadounidense, toda vez que los bonos europeos a 10 y a 15 años renten un 3,3% frente al 3,1% de sus pares norteamericanos.
De su lado, tanto del crédito de grado de inversión europeo como del estadounidense han pronosticado rendimientos de un 3,8%, mientras que para el 'high yield' europeo han cifrado una rentabilidad de un 5,3% frente al 4,9% de su homólogo Estados Unidos.
Con todo, en el cómputo global, los activos alternativos ofrecen los mejores datos a largo plazo: el informe espera que el capital riesgo ofrezca rentabilidades de un 8,7%, reflejando así una ligera mejora por el entorno de salida más favorable y mayores oportunidades de crecimiento en tecnología e Inteligencia Artificial (IA), mientras que para el inmobiliario esperan rendimientos de un 6,9% en Estados Unidos y del 6,4% en Europa.
Siguiendo su estela, la inversión en infraestructuras rentaría un 5,1%, en tanto que las 'commodities' (bienes básicos de producción y materias primas) retornarán previsiblemente a sus inversores un rendimiento de un 2,6% por el efecto de la transición energética y los riesgos geopolíticos.
En un plano más amplio para enmarcar estas previsiones, la gestora ha señalado en su exposición de motivos a hallazgos clave como la premisa de que la inflación se mantenga en niveles ligeramente más altos en comparación con la pre-pandemia y que los tipos de interés a ambos lados del Atlántico se asienten en niveles entre el 2% y el 3% (2,2% para Europa y 2,8% para Estados Unidos).
Asimismo, pese a este contexto en el que los costes de financiación son más elevados, se ha apuntado que las previsiones de crecimiento económico han mejorado, con Estados Unidos beneficiándose de una fuerte migración e incrementos en la productividad impulsados por la IA.
En consecuencia, el informe ha anticipado un crecimiento económico más fuerte facilitados por una sólida inversión de capital, avances tecnológicos y fiscalidad.
Llevando estas perspectivas al terreno de lo concreto, desde la firma han estimado que el rendimiento anual de una cartera en euros del 60% en acciones y 40% en bonos será del 5,1 % en los próximos 10 a 15 años, reflejando una ligera caída con respecto al pronóstico del año pasado, pero manteniéndose en línea con el promedio a largo plazo, debido a un punto de partida cíclico más alto en renta variable.
Cabe reseñar que estas proyecciones guían las decisiones de inversión y relaciones con clientes institucionales y de grandes patrimonios de JP Morgan, en tanto que les proporcionan ideas prácticas para construir carteras resilientes en un entorno de mayor crecimiento, aumento de inversiones de capital y crecientes tensiones geopolíticas.
En palabras de la jefa de estrategia de mercado para Europa de JP Morgan AM, Karen Ward, la economía global "está entrando en una nueva era marcada por un mayor gasto fiscal, el aumento de inversión de capital y un crecimiento económico más fuerte [...] La perspectiva general sigue siendo optimista, con niveles de inversión en aumento y unos tipos de interés normalizándose".