Noemí Jabois
Tiro (Líbano), 29 oct (EFE).- La milenaria ciudad de Tiro, una de las metrópolis más antiguas del mundo y hogar de un importante emplazamiento patrimonio de la humanidad por la Unesco en el sur del Líbano, está salpicada de destrucción tras sufrir el lunes su segunda ola de bombardeos israelíes.
Fragmentos de cristal y escombros se esparcen por las calles de esta urbe costera fundada en 2.750 a.C., que después de ser la gran joya mercantil de los fenicios acogió a varias otras civilizaciones posteriores cuya huella sigue viva en ruinas romanas o vestigios medievales de los cruzados.
Tiro fue alcanzada la semana pasada por la primera ola de ataques de envergadura desde que Israel comenzara una intensa ofensiva aérea contra el Líbano el 23 de septiembre. Ayer, fue golpeada por una segunda que redujo nuevos inmuebles a escombros, de donde este martes aún emanan pequeñas columnas de humo.
El ministro libanés de Juventud y Deporte, Georges Kallas, ha denunciado el "asesinato de la humanidad, civilización y ciudades históricas", pues además de Tiro las bombas israelíes también cayeron ayer con fuerza sobre Baalbek, otra localidad llena de historia en el este del país.
Por ello, en un comunicado, cargó contra el silencio internacional y apeló a la atención de la Unesco: "Baalbek, la ciudad del sol, y Tiro, la reina de los mares", las describió.
"La llamamos la perla del Mediterráneo por esta belleza y porque está conectada con las montañas, su mar y las montañas están juntos. Así es Tiro", comenta a EFE el vecino Ghazwane Halwani, con melancolía en la mirada, frente a uno de los puntos bombardeados la víspera en la ciudad.
Cree que los ataques contra Tiro son un "mensaje político" y un intento de hundir su economía, pues este lugar es un "símbolo" y un "modelo de convivencia comunitaria".
"Ahora en la ciudad lo que queda es falta de vida, porque la ciudad no está acostumbrada a esto. Es la perla del Mediterráneo, en días normales encontrabas a gente a las 4 o 5 de la mañana en la línea costera quedándose fuera hasta tarde", lamenta el residente.
Este martes, casi todo está cerrado en Tiro y muy pocos transeúntes caminan por sus calles, uno de los principales atractivos turísticos del Líbano hasta que el conflicto iniciado hace algo más de un año asestara un fuerte golpe al sector.
Halwani recuerda cómo la gente venía aquí "desde todas partes del Líbano", y cómo era "imposible" que un visitante de fuera llegara al país y "no pasara por el mar de Tiro, este mar que es un tesoro".
Insiste en llamarla la "perla del Mediterráneo", aunque la ciudad egipcia de Alejandría le disputa el título, y es que Tiro fue hace varios milenios el principal núcleo para el comercio marítimo en el este del Mediterráneo.
De hecho, fueron navegantes fenicios de Tiro quienes en sus viajes fundaron la ciudad de Cádiz, en España, y Cartago, en el actual Túnez.
"Pese al dolor y pese a la destrucción, Tiro regresará a un estado aún mejor que el anterior y volveremos a tener bodas en la ciudad y volveremos a hacer los festivales de la ciudad. No pararemos porque este es nuestro país, esta es nuestra tierra", reivindicó Halwani.
Varios de los edificios bombardeados el lunes se ubican en las inmediaciones del paseo marítimo de la ciudad y uno de ellos en pleno paseo, sus restos esparcidos por donde un día se hacían fotografías los turistas y los jóvenes se juntaban para sorber café.
Hoy, en esta hilera de cafeterías, restaurantes y hoteles frente al mar solo se juntan algunos vecinos para observar el estado en el que se encuentra la otrora vibrante zona.
Uno de ellos explica a EFE que tiene muchos "recuerdos alegres" de momentos vividos en una cafetería destruida por el bombardeo del lunes, mientras mira a lo que queda del establecimiento, ubicado al lado del inmueble objetivo de la acción.
"Nos sentábamos mucho aquí, se llama Café Louai, significa mucho para nosotros. Tenemos nuestros recuerdos y a nuestros amigos aquí", dice el joven, que prefiere mantener el anonimato.
El rastro de los ataques concentrados en esta parte de la ciudad se extiende también a las calles que dan a la línea costera, los cristales rotos y el ambiente cargado, los cables en el suelo y la falta de la vida habitual tras la marcha de la mayoría de vecinos.
"Significa mucho para mí, Tiro significa mucho para nosotros y para la población libanesa", concluyó el joven en el paseo marítimo. EFE
(foto) (vídeo)