Miguel Angel Gayo
Cracovia (Polonia), 29 oct (EFE).- Polonia conmemora este martes con varios actos culturales el centenario del nacimiento de Zbigniew Herbert, uno de sus poetas más importantes del siglo XX y autor de una obra que le permitió elevarse por encima de la gris realidad con un andamio de palabras e ideas.
Nacido en Leópolis, actualmente parte de Ucrania, en 1924, Herbert vivió bajo la sombra de dos sistemas totalitarios: la Rusia soviética y la Alemania nazi, experiencias que marcaron profundamente su obra, y que le llevaron a oponerse siempre a los abusos de poder.
Durante la ocupación nazi fue miembro activo de la resistencia. Después, durante los años más duros del estalinismo, tuvo prohibición de publicar y sus obras sólo empezaron a aparecer en Polonia en 1956.
La figura del "señor Cogito", protagonista de una serie de poemas de 1974, se convirtió en un símbolo de la resistencia durante el régimen comunista en Polonia.
Este personaje, un hombre común que busca definir su propia actitud frente a la realidad, representa la lucha por la libertad individual en un sistema opresivo en el que "los políticos mienten y los gobiernos engañan" y el poeta tiene como misión convertir a las palabras en maneras de resistir, recordar e infundir esperanza.
Con su poemario "Informe desde la Ciudad Asediada" (1984), alumbrado en un período de crisis política y social en Polonia, Herbert se unió a las barricadas callejeras del sindicato Solidaridad y los manifestantes contra el estado de guerra impuesto por el régimen comunista en 1981.
Ese poemario fue traducido al español y publicado en 2008 por Hiperion. Hay otra edición mexicana, con traducción de José Emilio Pachecho. Una edición de su poesía completa fue publicada por Lumen en 2012. La editorial Acantilado ha publicado varios de sus poemarios sueltos.
La vida de Herbert estuvo marcada por la enfermedad, pues padecía un trastorno afectivo bipolar que influyó en su obra y que, combinado con su alcoholismo, influyó en sus relaciones personales y le llevó a reaccionar de manera errática y agresiva contra sus colegas, como Czeslaw Milosz, quien no se libró de sus insultos a pesar de haberle ayudado a abrirse camino en Estados Unidos. Milosz fue clave para que los poemas de Herbert se tradujeran al inglés.
Herbert no se mantuvo al margen de la política y, en la década de 1990, criticó duramente a las élites intelectuales de la época, acusándolas de perpetuar las estructuras del antiguo régimen comunista, y en 1994 inició una campaña para ayudar a Chechenia durante la guerra con Rusia, y reivindicó la figura del coronel Ryszard Kuklinski, un espía polaco que colaboró con la CIA durante la Guerra Fría.
El lenguaje de Herbert ha sido definido como una mezcla de seriedad y sentido del humor, expresados siempre con una claridad cristalina que en ocasiones recurría a la mitología clásica, pero con un estilo moderno e incluso vanguardista.
Su producción literaria fue relativamente escasa, pero cada uno de sus volúmenes fue recibido con entusiasmo por la crítica y el público.
Zbigniew Herbert falleció en Varsovia en 1998. EFE