Nuevo artrópodo fósil fielmente preservado en 'oro de los tontos'

Descubrimiento de Lomankus edgecombei, un antiguo artrópodo del Ordovícico, revela nuevas pistas sobre la evolución de los apéndices en los artrópodos, encontrado en el lecho de trilobites de Beecher

Guardar

Un espectacular artrópodo fósil de 450 millones de años (ancestro de arañas, ciempiés e insectos) ha sido descubierto preservado en pirita, mineral también conocido como 'el oro de los tontos'.

"Además de tener su hermoso y llamativo color dorado, estos fósiles están espectacularmente conservados. Parecen como si pudieran levantarse y escabullirse", explica en un comunicado Luke Parry, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford y autor del estudio, publicado en Current Biology.

El nuevo fósil, llamado Lomankus edgecombei, en honor al experto en artrópodos Greg Edgecombe del Museo de Historia Natural de Londres, pertenece a un grupo llamado megacheiranos, un grupo icónico de artrópodos con una gran pata modificada (llamada "gran apéndice") en la parte delantera del cuerpo que utilizaban para capturar presas.

Los megacheiranos como Lomankus eran muy diversos durante el Período Cámbrico (hace 538-485 millones de años), pero se pensaba que estaban prácticamente extintos en el Período Ordovícico (hace 485-443 millones de años).

Este descubrimiento ofrece nuevas pistas importantes para resolver el enigma de larga data de cómo los artrópodos desarrollaron los apéndices de sus cabezas: uno o más pares de patas en la parte delantera de sus cuerpos modificados para funciones especializadas como detectar el entorno y capturar presas. Dichos apéndices incluyen las antenas de los insectos y crustáceos, y las pinzas y colmillos de las arañas y los escorpiones.

"Hoy en día, hay más especies de artrópodos que cualquier otro grupo de animales en la Tierra. Parte de la clave de este éxito es su cabeza altamente adaptable y sus apéndices, que se han adaptado a varios desafíos como una navaja suiza biológica", continuó el profesor asociado Parry.

Mientras que otros megacheiranos utilizaban su gran primer apéndice para capturar presas, en Lomankus las típicas garras son mucho más reducidas, con tres flagelos largos y flexibles en forma de látigo en su extremo. Esto sugiere que Lomankus utilizaba este apéndice frontal para percibir el entorno, en lugar de capturar presas, lo que indica que llevaba un estilo de vida muy diferente al de sus parientes más antiguos del Período Cámbrico.

A diferencia de otros megacheiras, Lomankus parece carecer de ojos, lo que sugiere que dependía de su apéndice frontal para percibir y buscar comida en el entorno oscuro y con poco oxígeno en el que vivía.

"En lugar de representar un 'callejón sin salida', Lomankus nos muestra que los megacheiranos continuaron diversificándose y evolucionando mucho después del Cámbrico, y que el gran apéndice, antes temible, ahora desempeña una función totalmente diferente", continuó el profesor asociado Parry.

El fósil ofrece nuevas pistas para resolver la muy debatida cuestión de cuál es el equivalente del gran apéndice de los megacheiras en las especies actuales.

El profesor Yu Liu (Universidad de Yunnan), coautor del estudio, afirmó: "Estos nuevos y hermosos fósiles muestran una placa muy clara en la parte inferior de la cabeza, asociada con la boca y flanqueada por los grandes apéndices. Se trata de una disposición muy similar a la cabeza de los megacheiras del Cámbrico temprano de China, salvo por la falta de ojos, lo que sugiere que Lomankus probablemente vivió en un nicho más profundo y oscuro que sus parientes del Cámbrico".

Esta disposición de características en la cabeza es similar a la de los artrópodos actuales, lo que sugiere que el gran apéndice es el equivalente a la antena de los insectos y a los quelíceros (partes bucales) de las arañas y los escorpiones.

El fósil se encontró en un yacimiento del estado de Nueva York, EE.UU., que contiene el famoso "lecho de trilobites de Beecher", una capa de roca que contiene múltiples trilobites con una conservación increíble. Aparte de los trilobites, otros tipos de organismos son mucho menos comunes en este yacimiento, lo que refleja la rareza de este hallazgo.

Los animales preservados en el lecho de trilobites de Beecher vivían en un ambiente hostil y con poco oxígeno que permitió que la pirita, comúnmente conocida como el oro de los tontos, reemplazara partes de sus cuerpos después de que fueran enterrados en sedimentos, lo que dio como resultado fósiles dorados en 3D espectaculares. La pirita es un mineral muy denso, por lo que los fósiles de esta capa se pueden escanear con tomografía computarizada para revelar detalles ocultos de su anatomía.

Esta técnica implica girar el espécimen mientras se toman miles de imágenes de rayos X, lo que permite reconstruir los fósiles en tres dimensiones.

El profesor Derek Briggs, coautor del estudio en la Universidad de Yale, dijo: "Estos fósiles notables muestran cómo el reemplazo rápido de las delicadas características anatómicas de la pirita antes de que se descompongan, que es una característica distintiva del lecho de trilobites de Beecher, preserva evidencia crítica de la evolución de la vida en los océanos hace 450 millones de años".

Guardar