Trípoli, 29 oct (EFE).- Doce personas migrantes originarias de Egipto perdieron la vida este lunes cuando trataban de alcanzar Europa y sólo una sobrevivió después de que su embarcación precaria naufragara frente a las costas de Libia, anunció la Fundación para la Asistencia a Migrantes y Servicios Humanos, una ONG conocida como Al Abreen.
El barco se hundió durante la noche de ayer a 60 kilómetros de Tobruk, al este del país, aunque las autoridades continuan las operaciones de búsqueda para localizar los cuerpos de las víctimas, explicó la organización en un comunicado.
En la última semana se registraron al menos 18 muertes de migrantes mientras otros 17 continúan desaparecidos, informó ayer la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), lo que suma 531 víctimas desde inicios de año y 754 desaparecidos. Durante el mismo periodo 19.000 personas han sido interceptadas por los guardacostas y enviadas de nuevo a Libia pese a ser considerado un lugar "no seguro".
El país magrebí, con una población de siete millones de habitantes, acoge a cerca de 720.000 personas provenientes de 44 países, en su mayoría del continente africano, según este organismo dependiente de Naciones Unidas.
El pasado mes de septiembre el director de la Academia Naval Militar, Abd al-Rahman Milad, considerado por la ONU como uno de los traficantes de personas más buscados del mundo, fue tiroteado por un grupo armado desconocido.
En 2017 Al Bidja, como se le conocía, saltó a la escena internacional por el uso de la violencia contra migrantes y su relación con operaciones de contrabando y ese mismo año participó en una polémica reunión con funcionarios italianos para discutir sobre cómo frenar el flujo migratorio.
Roma firmó entonces un memorando- posteriormente emulado por Francia, Alemania y Malta- para ofrecer financiación y equipos a la guardia costera a cambio de interceptar las embarcaciones y devolverlas a Libia pese a ser escenario de torturas y abusos, según las ONG.
A finales de 2022, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, visitó por primera vez Libia y anunció que su oficina se había unido a una coalición internacional- en la que participan España, Italia y Reino Unido, entre otros- para investigar la trata de personas en el país, delitos que pueden constituir crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
Médicos Sin Fronteras ha pedido en numerosas ocasiones facilitar las evacuaciones de la población migrante y ha instado a la Unión Europea y Naciones Unidas a revisar urgentemente y, si es necesario suspender, los actuales acuerdos de cooperación con la Guardia Costera, bajo sospecha por sus vínculos con las mafias. EFE