El Gobierno de Jordania ha acusado este martes a Israel de intentar "asesinar políticamente" a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), después de que el Parlamento israelí aprobara el lunes prohibir las actividades del organismo tanto en Israel como en los territorios palestinos.
El portavoz del Ministerio de Exteriores jordano, Sufian al Qudá, ha reseñado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social X que la decisión de la Knesset "es parte de una campaña para atacar sistemática a la agencia" y "una continuación de los frenéticos esfuerzos de Israel para asesinarla políticamente".
Así, ha afirmado que la medida se enmarca en "la guerra agresiva contra el pueblo palestino" y ha agregado que "estos procedimientos y prácticas son ilegales e inválidos", al tiempo que ha hecho hincapié en que los refugiados palestinos tienen derecho al retorno y a recibir compensaciones, en línea con el Derecho Internacional.
Al Qudá ha incidido en que la decisión de la Knesset supone "una violación flagrante del Derecho Internacional y de las obligaciones de Israel como potencia ocupante en el territorio palestino ocupado", antes de ahondar en la necesidad de que la comunidad internacional "actúe de forma inmediata y urgente para hacer frente las prácticas agresivas israelíes contra los palestinos".
En este sentido, ha abogado por "imponer medidas disuasorias para garantizar la protección del pueblo palestino, las agencias de Naciones Unidas y los organismos humanitarios" y ha advertido de las "desastrosas consecuencias" de la "continua campaña" israelí contra la UNRWA para "obstruir sus esfuerzos para proporcionar sus servicios básicos y ayuda humanitaria a los palestinos".
A las críticas se ha sumado el Ministerio de Exteriores sirio, que ha afirmado que "la entidad de ocupación sionista continúa su flagrante violación de las resoluciones de la ONU y del Derecho Internacional" con su medida contra la UNRWA, que "privará al pueblo palestino de recibir la asistencia humanitaria que necesita".
"Siria condena esta acción, encaminada a menoscabar aún más los derechos de los palestinos, especialmente el derecho de retorno, e imponer la política de castigo colectivo contra el pueblo palestino", ha manifestado, antes de puntualizar que se suma "los crímenes de guerra, el genocidio y la evacuación forzosa" cometidos por Israel contra los palestinos.
Por ello, ha dicho que estas medidas son "ilegítimas" y ha reclamado apoyo internacional a la UNRWA para mantener "su importante papel humanitario en apoyo al pueblo palestino". Además, ha alertado de las "catastróficas consecuencias" que puede tener el uso de la ayuda humanitaria como "arma de guerra" contra los palestinos.
LA VOTACIÓN EN LA KNESSET
Un total de 92 de los 120 diputados del Parlamento unicameral israelí han apoyado la iniciativa, mientras que diez han votado en contra. Por su parte, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha reaccionado a la aprobación de la ley con una advertencia de que supone un "precedente peligroso" y que "solo profundiza el sufrimiento de los palestinos".
El proyecto de ley, impulsado por los diputados Yulia Malinovsky, Dan Illouz y Boaz Bismuth --la primera de Yisrael Beitenu y los otros dos del principal partido de la coalición ultraderechista de Gobierno en Israel, el Likud-- impediría efectivamente que la organización opere en territorio israelí y los territorios palestinos al revocar un texto de 1967 que sirvió de base para sus actividades.
Israel acusó el pasado marzo a "un número significativo" de trabajadores de la UNRWA de "ser miembros de organizaciones terroristas", lo que llevó a 16 países a suspender o congelar los fondos, privando de golpe a este organismo de 450 millones de dólares y poniendo en duda la continuidad de sus operaciones.
Sin embargo, a mediados de abril, la investigación externa encabezada por la exministra de Exteriores francesa Catherine Colonna descartó que las autoridades israelíes proporcionaran pruebas que acreditasen los presuntos vínculos terroristas atribuidos a varios de los empleados de la UNRWA.