Teherán, 29 oct (EFE).- El ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, criticó este martes al alto representante de la Unión Europea (EU) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, después de que éste anunciase que el bloque está "considerando medidas en respuesta” a la ejecución de un ciudadano germano-iraní.
“¿Qué tal una medida de la UE para poner fin a la matanza de más de 50.000 palestinos en Gaza?”, preguntó Araqchí al jefe de la diplomacia europea en un mensaje en X.
El mensaje estaba acompañado de imágenes de publicaciones de Borrell en X condenando la ejecución de este lunes de Jamshid Sharmahd por su supuesta participación en varios atentados en suelo iraní y en las que anunciaba que la UE tomará medidas.
Araqchí preguntó además por las medidas de la UE para permitir que “1,5 millones de refugiados en el Líbano regresen a sus hogares” y “para apoyar a las familias de los asesinados” del ejecutado.
“Si no, Europa sólo representa la hipocresía”, afirmó el jefe de la diplomacia iraní.
Araqchí ya interpeló de manera similar horas antes a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, después de que Berlín llamase este martes a consultas a su embajador en Teherán y citase al jefe de la misión iraní en el país para protestar por la ejecución.
“Basta de hacer luz de gas, @ABaerbock”, escribió Araqchí a la jefa de la diplomacia alemana en X.
Irán ejecutó a Sharmahd, de 69 años y periodista de profesión, por supuestamente liderar un grupo terrorista opositor que ha cometido varios atentados en el país en los últimos años.
Sharmahd fue condenado a pena de muerte en febrero de 2023 y el Tribunal Supremo iraní confirmó la pena en abril de ese año contra el preso, con doble nacionalidad alemana y residencia en Estados Unidos, que fue además acusado de colaborar con la CIA, el FBI y el Mossad.
Borrell condenó este martes "de la forma más firme posible" la ejecución y aseguró que el bloque está "considerando medidas en respuesta”.
La República Islámica de Irán ha sido acusada de usar a presos con doble nacionalidad o extranjeros como medida de presión o para intercambio de prisioneros con otros países, una práctica que ha sido denominada como la "diplomacia de los rehenes" por organizaciones de derechos humanos. EFE