La representante de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha expresado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas "profunda preocupación" por la legislación aprobada por el Parlamento israelí que prohíbe las actividades de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
"En este momento no hay alternativa a la UNRWA cuando se trata de entregar alimentos y otra ayuda vital a Gaza. Por ello, nos preocupa que esta legislación sea implementada", ha dicho, agregando que en vez de enfrentarse, Israel y la ONU "deberían hablar entre sí".
En este sentido, ha asegurado que es fundamental "reconstruir la confianza" de la misión y en los "cientos de trabajadores" que no están asociados con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) después de que la propia UNRWA confirmara "que entre su personal había algunos miembros de Hamás".
"Hacemos un llamamiento al secretario general (de la ONU, António Guterres) para que cree un mecanismo a fin de examinar y abordar las denuncias de que el personal de la UNRWA tiene vínculos con Hamás y otros grupos terroristas", ha agregado.
El proyecto de ley aprobado en la víspera por la Knesset prohíbe que la agencia opere tanto en Israel como en territorios palestinos ocupados al revocar un texto de 1967 que sirvió de base para sus actividades. Israel acusó en marzo a un número importante de trabajadores de la UNRWA de formar parta "de grupos terroristas", lo que movió a una quincena de países a congelar los fondos, privándole de golpe de 450 millones de dólares y poniendo en duda la continuidad de sus operaciones.