Lisboa, 29 oct (EFE).- Varias comunidades y asociaciones representativas de la periferia de Lisboa pidieron este martes respuestas "concretas" al Gobierno conservador luso tras la ola de disturbios que hubo la semana pasada por la muerte de un caboverdiano por disparos de un policía.
El Ejecutivo liderado por Luís Montenegro convocó a una quincena de estas asociaciones a una reunión con varios ministros y de la que los representantes de las comunidades locales salieron "decepcionados", aseguró Mamadou Ba, dirigente de SOS Racismo.
"La reunión sirvió básicamente para una especie de cortafuegos, teniendo en cuenta las circunstancias de la última semana", dijo en declaraciones a periodistas al término de la reunión.
El dirigente de SOS lamentó que no presentaran propuestas de "políticas públicas de combate a la discriminación racial" y pidió la dimisión del director de la Policía de Seguridad Pública (PSP), Luís Carrilho.
"Vamos a continuar insistiendo en que haya respuestas concretas para resolver los problemas. Si es sólo para hacerse fotos, no tenemos mucho interés", demandó por su parte el portavoz del Movimiento Vida Justa, Flávio Almada.
Almada solicitó como medida urgente el fin de los desahucios y, aunque reconoció que el Gobierno habló de la vivienda en la reunión como una prioridad, insistió en que quieren medidas "concretas".
La vivienda, junto a la educación y la sanidad, son las prioridades del Ejecutivo para estas comunidades, afirmó a la prensa el ministro de Presidencia, António Leitão Amaro, que consideró que la reunión fue "histórica" porque era la primera vez que muchas de las asociaciones se encontraban con el Gobierno.
El encuentro fue convocado después de la muerte del caboverdiano Odair Moniz por disparos de un agente de la PSP, un caso que ha provocado críticas sobre violencia policial.
"Estamos muy comprometidos en garantizar el orden, la tranquilidad y la paz social con las fuerzas de seguridad que actúan con las comunidades", refirió Leitão Amaro, que desveló que se ha creado un equipo para mejorar la formación pedagógica de los agentes.
El ministro insistió en que tiene la "convicción" de que las fuerzas de seguridad en Portugal, "por principio, actúan dentro de las reglas y del orden", aunque recordó que todos los agentes deben estar bajo escrutinio.
Por parte de las asociaciones, reclaman también que no sólo se ponga el foco en estas comunidades y barrios cuando ocurre un caso como el de Odair Moniz.
"Había varios informes y comunicados que avisaban sobre determinados comportamientos que no pueden ser tolerados en un Estado democrático. Si después de escucharnos hoy y de que los medios de comunicación desaparezcan todo continúa igual, va a pasar más", señaló el presidente de la asociación Molino de la Juventud, Jakilson Pereira.
La muerte de Moniz, de 43 años, por disparos de un agente en el barrio de Zambujal, en Amadora, desencadenó varias noches de disturbios en diferentes municipios de la región de Lisboa.
Miles de personas se manifestaron el sábado por el centro de la capital, muchas de ellas ciudadanos afrolusos, para rechazar el racismo y la violencia policial al grito de "sin justicia no hay paz". EFE