El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha asegurado este lunes que una respuesta de los socios de Kiev al supuesto despliegue de fuerzas norcoreanas en la guerra de Ucrania es un pretexto para justificar una presencia de militares occidentales que desde hace tiempo se encuentran en territorio ucraniano.
Lavrov ha incidido en que el acuerdo de seguridad entre Pyongyang y Moscú "no es secreto", sino que es de dominio público. "El texto completo ha sido publicado y de ninguna manera viola disposición alguna del Derecho Internacional", ha dicho en una conferencia de prensa, según recogen agencias rusas.
Dicho acuerdo, ha explicado, implica, entre otras cuestiones, que quienes lo firman pueda "brindarse asistencia mutua en caso de que se lleve a cabo un ataque militar contra uno de los países parte del tratado".
"Nuestra postura es absolutamente honesta", ha dicho, acusando a los aliados de Ucrania de tener militares sobre el terreno desde el inicio. Así, ha subrayado que responder a la supuesta presencia norcoreana con más tropas es "un intento de justificar de forma retroactiva lo que ha venido sucediendo durante mucho tiempo".
En ese sentido, Lavrov ha apuntado que han sido varias las ocasiones en las que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mostrado pruebas de esta supuesta presencia de militares occidentales en el frente ucraniano, "los llamados voluntarios, los mercenarios e instructores sin quienes es imposible utilizar armas occidentales".
"El personal militar occidental ha estado trabajando en Ucrania durante tiempo. Esto es parte de la guerra híbrida de la OTAN y de la Unión Europea contra nuestro país. Lo sabemos muy bien", ha dicho Lavrov, quien ha destacado que sin la ayuda de especialistas occidentales, la fuerzas ucranianas no habrían sabido operar.
Después de semanas de especulaciones y de que Estados Unidos diera el visto bueno a las informaciones de los servicios de Inteligencia surcoreanos, finalmente este lunes la OTAN ha dado el paso de confirmar la presencia de fuerzas norcoreanas en la provincia rusa de Kursk, invadida por Ucrania a principios de agosto.