Santiago de Chile, 27 oct (EFE).- Tomás Vodanovic, reelecto en Maipú, la segunda comuna con más electores del país; Matías Toledo, independiente de izquierdas, electo en Puente Alto, bastión tradicional de la derecha y la comuna con más electores de Chile, y Macarena Ripamonti, reelecta de la costera Viña del Mar, han sido los tres alcaldes con más apoyo en las elecciones municipales celebradas este fin de semana en Chile.
Tres políticos con dos puntos en común: tienen menos de 35 años cumplidos y una mentalidad progresista, en la línea del Frente Amplio, la coalición de izquierdas en la que se sostiene el actual presidente de la República, Gabriel Boric.
Pese a su juventud, Vodanovic (34) y Ripamonti (33) acumulan ya una gran experiencia política en feudos muy complicados. Especialmente la alcaldesa viñamarina, que este año hubo de enfrentarse y gestionar los efectos del mayor incendio forestal que afectó la ciudad en su historia contemporáneo.
Nacida el 11 de julio de 1991, Ripamonti procede de una familia humilde que a través de la educación púbica se convirtió en la primera profesional con estudios superiores, tras licenciarse en Ciencias Jurídicas y en Filosofía Contemporánea.
Acabada la universidad, entró a trabajar como investigadora en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Valparaíso (CEPC) y después como asesora técnica parlamentaria en la Cámara de Diputados.
Al socaire de los movimientos estudiantes que participaron en el estallido social -la mayor protesta popular en Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet-, Ripamonti entró en política a través del partido Revolución Democrática y logró la candidatura a la alcaldía de Viña del Mar en 2020 al ganar las primarías del Frente Amplio.
Un año después, con apenas 29 años, fue elegida alcaldesa con un 39 % de los votos, convirtiéndose en la segunda mujer en la ciudad en acceder al cargo en democracia tras Virginia Reginato, que llevaba casi una década en la alcaldía.
Su colega Vodanovic ha tenido una carrera política, también en el seno del Frente Amplio, y este domingo se convirtió, según analistas locales, en el alcalde más votado de la actual democracia chilena, con cerca del 70 % de los votos, en la comuna de Maipú, en el llamado Gran Santiago.
Comprometido desde muy joven, estudió sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile y un posgrado en la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, al tiempo que en 2010 fundaba Formando Chile, organización no gubernamental que buscaba fortalecer la educación en comunidades vulnerables para combatir la desigualdad.
Entre 2015 y 2017 se unió a la Fundación Enseña Chile como profesor de Historia y Geografía y desde allí saltó a Revolución Democrática, partido con el que ganó las primarias del Frente Amplio en 2020 a la candidatura a la alcaldía en Maipú.
Ya en aquellas elecciones fue el alcalde más votado, heredando igualmente una de las comunas más populares y endeudadas de la Región Metropolitana.
Además, recogió un sistema sanitario muy deteriorado, con las calles en mal estado y unos barrios con una alta complejidad socio-delictual, donde multiplicó las inversiones y luchó contra el comercio irregular.
Matías Toledo, el mayor de los tres, con 34 años, es, por su parte, un novato en las grandes ligas de la política chilena, y su irrupción desde las asociaciones vecinales ha supuesto la derrota de la derecha en la comuna de Puente Alto, en la Región Metropolitana, un bastión que dominaban desde hace 24 años.
Toledo es uno de los fundadores de la popular Coordinadora Social Shishigang, que gira en torno al famoso cantante urbano Pablo Chill-E, uno de los raperos más conocidos de Sudamérica, y es conocido en los ambientes sociales chilenos por su trabajo en distintos campamentos y tomas (barrios de chabolas erigidos en terrenos ocupados) en Santiago.
Sin partido político, su candidatura fue posible gracias a una recolección de firmas, en la que logró reunir más de 6.000 apoyos, y se cimentó en una máxima: luchar contra la corrupción, el abandono y el control de los poderosos, que él encarnó en su rival, Karla Rubilar, ministra en uno de los gobiernos del ahora fallecido expresidente Sebastián Piñera.
“De una vez por todas, como les decía anteriormente, vamos a recuperar la comuna de Puente Alto y se van a acabar los 25 años de corrupción y abandono que hemos visto. En sectores totalmente desatendidos, con microbasurales, calles destruidas y sin equipamiento, en un municipio centralizado que solo ha trabajado para unos pocos. Hoy esperamos que, con el voto obligatorio, esto pase a la historia”, reiteró Toledo tras votar. EFE